COMECE pide una «desescalada» en Ucrania para evitar «consecuencias incontrolables»

«¿Qué más debe pasar para que finalmente se ponga fin a esta “locura de la guerra”?». La muerte de dos personas por la caída de un misil en Polonia y los «brutales ataques de Rusia contra ciudades e infraestructuras civiles en Ucrania» han llevado a la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) a lanzar esta pregunta.

«Exhortamos a todas las partes a trabajar vigorosamente hacia la desescalada», subrayó el miércoles en un comunicado la Comisión sobre las Relaciones Exteriores de la UE, que preside el obispo Rimantas Norvila. «En unión con los numerosos llamamientos» del Papa Francisco y la Santa Sede y de todas las personas de buena voluntad «reiteramos nuestra llamada a las autoridades rusas a suspender inmediatamente las hostilidades».

Asimismo, piden «a todas las partes que se abran con la ayuda de la comunidad internacional a la negociación de “propuestas serias” de una paz justa» que respete «el derecho internacional y la integridad territorial de Ucrania». La comisión se dirige además a la Unión Europea en particular para que «aumente sus esfuerzos diplomáticos y continúe su implicación activa para frenar esta espiral de violencia».

«El mundo contiene la respiración»

La caída del misil «todavía se está investigando», reconoce el texto. El Gobierno polaco afirma tener indicios de que se trata de un misil ucraniano utilizado para derribar a los misiles rusos. Ucrania lo niega. Sea como fuere, «es otro recordatorio de cómo esta guerra conlleva el riesgo de consecuencias incontrolables y catastróficas para toda la humanidad», afirma el documento. «Desde el comienzo de la agresión militar rusa contra ucrania, el mundo entero ha estado conteniendo la respiración por miedo a un importante conflicto global».

Los miembros de la Comisión sobre las Relaciones Exteriores de la UE ofrecen sus «oraciones por las víctimas y condolencias a sus familias». También «deseamos ofrecer nuestra cercanía a la gente de Ucrania a la que se ha dejado sin acceso a servicios básicos, incluida el agua y la electricidad».