Francisco pide a empresarios españoles que su labor esté «al servicio del ser humano» - Alfa y Omega

Francisco pide a empresarios españoles que su labor esté «al servicio del ser humano»

«Se puede crear una economía que reconcilie entre sí a los miembros de las diversas etapas de producción», sin injusticias ni indiferencia

Redacción
Un momento del encuentro. Foto: Vatican Media.

El Papa Francisco ha invitado este lunes a un grupo de empresarios españoles a «seguir transformando con creatividad el rostro de la economía, para que esté más atenta a los principios éticos y no se olvide de que su actividad está al servicio del ser humano. No solo de unos pocos sino de todos, especialmente de los pobres».

Al recibir a los miembros de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios y de la Confederación de Empresarios de Galicia, ha subrayado que también «es importante» que un empresario «tome conciencia de que no está por encima de la naturaleza, sino que tiene que cuidar de ella, pues de esto dependen las generaciones futuras». Por ejemplo, según citan medios vaticanos, «está en nuestras manos cambiar esa tendencia de contaminación que está destruyendo todo».

En su saludo, el Santo Padre ha reconocido que «nos toca una época con notorios desequilibrios sea económicos y sociales». Ha citado el Concilio Vaticano II, que ya afirmó que «el lujo pulula junto a la miseria. Y mientras unos pocos disponen de un poder amplísimo de decisión, muchos carecen de toda iniciativa y de toda responsabilidad, viviendo con frecuencia en condiciones de vida y de trabajo indignas de la persona humana». En este contexto, es apremiante proponer una economía adecuada para contribuir a resolver las grandes problemáticas que vivimos a nivel mundial.

Economía, no finanzas

En su camino como emprendedores, el Pontífice les ha sugerido tres ideas. La primera es la profecía. «En la Biblia, el profeta es aquel que habla en nombre de Dios, que transmite su mensaje, y a través del cual favorece un cambio en su entorno».

En un contexto tan complejo como el actual, ha señalado, caracterizado por la guerra y la crisis ambiental, a ellos les toca desarrollar su servicio anunciado y edificando la casa común, respetando todas las formas de vida, interesándose por el bien de todos y fomentando la paz. Sin profecía, la economía, y en general toda la acción humana, está ciega. En este punto, el Santo Padre ha improvisado para prevenir a los empresarios sobre el riesgo de que la economía se transforme en finanzas, y se vuelva así algo líquido.

La segunda clave a la que se ha referido el Papa Francisco es el cuidado de la relación con Dios. Al igual que la tierra, cuando cultivamos la salud espiritual, comenzamos a dar muchos frutos buenos. «La conversión económica», ha afirmado el Pontífice, «será posible cuando vivamos una conversión del corazón; cuando seamos capaces de pensar más en los necesitados; cuando aprendamos a anteponer el bien común al bien individual; cuando entendamos que la carestía de amor y justicia en nuestras relaciones es consecuencia de un descuido de nuestra relación con el Creador, y esto repercute también en nuestra casa común».

Trabajo y pobreza

Finalmente, el tercer pensamiento del Papa tiene que ver con el trabajo y la pobreza. Poniendo de ejemplo a san Francisco de Asís, ha afirmado que «con los valores del trabajo y la pobreza, que implican la confianza completa en Dios y no en las cosas, se puede crear una economía que reconcilie entre sí los miembros de las diversas etapas de producción, sin que se desprecien mutuamente, sin que se creen mayores injusticias o se viva una fría indiferencia».

Por otro lado, esto no quiere decir que se ame la miseria. Al contrario, esta «tiene que ser combatida, y para ello ustedes tienen buenos instrumentos, como la posibilidad de crear empleos, y contribuir así a dignificar a sus prójimos».