La España vaciada se siente respaldada por la Iglesia

La Revuelta de la España Vaciada, la plataforma integrada por más de 120 colectivos y movimientos sociales de todo el territorio nacional, ha comenzado el curso dispuesta a seguir trabajando para dejar de ser «un territorio de sacrificio», donde faltan las infraestructuras más básicas, la conectividad es muy deficiente o donde uno tiene que recorrer decenas de kilómetros para ir al médico, y que la gente lo vea como «un territorio de oportunidades». Así se pidió en la IV asamblea que celebraron hace dos semanas, el 18 de septiembre, en Jarandilla de la Vera (Cáceres), en la que se hizo balance del camino recorrido en el último año y se presentó un plan de acción para los próximos meses.

La puesta al día reveló una intensa labor de difusión del Modelo de Desarrollo de la España Vaciada. «Se trata de un documento, que hemos podido presentar en todas las localidades donde tenemos representación, en el que se recogen 101 medidas para el impulso de nuestro territorio». El problema es que «entra bastante en conflicto con el modelo que se plantea desde el Gobierno central, que pensamos que no incluye nuestras inquietudes y necesidades», explica Fernando Pulido, uno de los coordinadores de la España Vaciada.

Los desaires del Gobierno, que interrumpió abruptamente las conversaciones con la plataforma, fueron otra de las cuestiones que salieron a relucir en la asamblea. «Cuando se nombró al secretario de Estado de Reto Demográfico, Francisco Boya, mantuvimos algunas reuniones con él, pero luego nunca más se volvieron a celebrar», revela Pulido. No hay causa oficial del silencio, pero desde la plataforma se sospecha que tiene que ver con la relevancia mediática que han ido ganando y con la relevancia política de algunas de sus secciones autonómicas, como Teruel Existe o Soria Ya.

En este sentido, una de las propuestas del plan de acción que se aprobó en Jarandilla fue la de «exigir al Gobierno la recuperación de las reuniones para retomar el diálogo» y, «si se negaran, para poder denunciar que el 80 % del territorio nacional y sus plataformas no son escuchadas por el Ejecutivo».

Ese calendario de actividades también tiene señalado en rojo tres fechas clave. La primera de ellas es este sábado, 8 de octubre, cuando se celebrará la jornada Yo paro por mi pueblo. «Se trata de un acto reivindicativo que se centrará en reclamar soluciones efectivas contra los incendios», explica Pulido, que es también profesor de la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidad de Extremadura. La idea es que en cada pueblo, a las 12:00 horas, puedan sonar las campanas de la Iglesia a modo de protesta y para convocar a la gente. A continuación se leerá un manifiesto y, por último, se guardará un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de los incendios de este verano. «En esta primera actividad vamos a hablar del fuego porque siempre afecta a los territorios más abandonados y con menos población, como son los nuestros. La despoblación es la causa última de la mayoría de los incendios. De hecho, cuanto menos actividad económica, agraria, ganadera y forestal, más posibilidades hay de que surjan las llamas», explica Fernando, que forma parte del grupo de trabajo para el tema del fuego que se creó después de la asamblea celebrada en Jarandilla de la Vera.

La Revuelta de la España Vaciada también tiene previsto celebrar un gran acto reivindicativo «en defensa de los servicios públicos en el medio rural» el próximo 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, y una jornada de movilización el 31 de marzo de 2023, aunque todavía está por concretar cuál será su contenido.

Cercanía y sensibilidad

La actitud del Gobierno contrasta con el apoyo que la Iglesia ha brindado a la plataforma y a sus reivindicaciones. «Hemos notado esa cercanía y esa sensibilidad hacia el tema por parte de la Iglesia», asegura Fernando Pulido. «Cada vez que hemos solicitado cualquier cosa a nivel logístico, como por ejemplo lo del toque de campanas en las iglesias rurales, siempre han dicho que sí. Se ve que no hay vacilación. El apoyo siempre ha sido decidido e inmediato», concluye el coordinador.

Eugenio Campanario no solo las confirma sino que él mismo encarna a la perfección estas últimas palabras de Pulido, pues además de sacerdote —párroco de Ahillones, Fuente del Arco y Valverde de Llerena— es portavoz de la Plataforma Ciudadana A-81 —que busca convertir la carretera nacional 432 que une Badajoz con Granada en autovía— y de Extremadura Vaciada.

En su implicación a favor de la España vaciada tiene que ver dos entidades eclesiales que comparten algunos de sus objetivos. «Desde la Cáritas arciprestal siempre hemos tratado de involucrarnos en las problemáticas de los pueblos. De hecho, una de las líneas de acción era, precisamente, la del compromiso con el desarrollo». Por otro lado, «pertenezco al Movimiento Rural Cristiano —de Acción Católica—, que incide en el tejido social de los pueblos» y que es una de las asociaciones nacionales coordinadoras de la Revuelta de la España Vaciada.

Más allá de su experiencia personal, Campanario defiende que «el tema del desarrollo y la despoblación siempre ha sido una preocupación de la Iglesia». De hecho, no se trata solo de tocar las campanas sin más, sino que ese gesto está acompañado de muchas reflexiones previas sobre el tema. «A través de nuestros diferentes grupos y reuniones, se le explica a los fieles por qué van a sonar las campanas y se anima a la gente a mojarse frente a las desigualdades e injusticias que se sufren en el mundo rural para poder ponerles coto», concluye el sacerdote y portavoz.