Francisco revela el secreto de los santos: «La familiaridad» con la que tratan a Dios
Francisco ha recordado durante la audiencia general que «el signo del encuentro con el Señor es la alegría» y ha instado a «dirigirnos a Dios con sencillez»
Apostar por Dios no significa renunciar a nuestra felicidad. Hay personas que «temen que tomarse en serio su propuesta signifique arruinarse la vida, mortificar nuestros deseos, nuestras aspiraciones más fuertes», ha asegurado el Papa durante la catequesis de la audiencia general de este miércoles. «Estos pensamientos a veces se asoman dentro de nosotros: que Dios nos está pidiendo demasiado, o que quiere quitarnos lo que más queremos».
Nada más lejos de la realidad. «El signo del encuentro con el Señor es la alegría», ha enseñado Francisco. Y, por lo tanto, «la tristeza, o el miedo, son signos de lejanía de Él». Es lo que le ocurre al joven rico. El Evangelio «señala que el joven se aleja de Jesús “triste”. Quien se aleja del Señor nunca está contento, incluso teniendo a su disposición una gran abundancia de bienes y posibilidades. Jesús nunca obliga a seguirle: nos deja libres».
Oración y discernimiento
El tema principal de la catequesis, sin embargo, ha sido el de la oración. El Santo Padre ha instado a «dirigirnos a Dios con sencillez y familiaridad, como se habla a un amigo». De hecho, este es «el secreto de la vida de los santos: la familiaridad y confidencia con Dios, que crece en ellos y hace cada vez más fácil reconocer lo que a Él le agrada». Algo similar pasa, según el Pontífice, «con los esposos que han vivido juntos mucho tiempo queriéndose, terminan pareciéndose».
Antes de concluir, el Papa ha recordado a un viejo religioso que era el portero de un colegio. «Él, siempre que podía, iba a la capilla, miraba al altar y decía: “ciao”. Cercanía con Jesús, una sonrisa, un simple gesto. Es una gracia que debemos pedir los unos por los otros: ver a Jesús como nuestro amigo más grande y fiel, que no chantajea, sobre todo que no nos abandona nunca, tampoco cuando nos alejamos de Él».
«Cosas terribles» en Ucrania
Tras la catequesis de la audiencia general, Francisco ha pedido «un pensamiento por la atormentada Ucrania, que está sufriendo tanto. ¡Ese pobre pueblo tan cruelmente probado!», ha exclamado. En este sentido, el Pontífice ha asegurado que «esta mañana he podido hablar con el cardenal Krajewski, que venía de vuelta de Ucrania, y me ha relatado cosas terribles. Pensemos en Ucrania y recemos por este pueblo martirizado».