Padre Brown. Un té con el padre Brown - Alfa y Omega

Padre Brown. Un té con el padre Brown

Iñako Rozas
El padre Brown junto al resto de actores de la serie
El padre Brown junto al resto de actores de la serie. Foto: Filmin.

A los clásicos siempre hay que volver, no me cansaré de decirlo. Pues bien, si uno rebusca en Filmin, maestros en clásicos, se encuentra con la joya Padre Brown, personaje de Chesterton que es, por antonomasia, eso: un clásico.

Pulcra e impoluta. Esta serie donde un sacerdote se dedica en cuerpo y alma a sus feligreses y al misterio, al crimen, huele a la campiña y sociedad inglesa, a prados verdes, a paraguas, a coches bonitos y a tarde de domingo con mal tiempo, esa de estar en casa. Una serie que te deja con buena sensación, puede que no del todo feliz, pues alguien suele ser asesinado, pero sí disfrutona —si se me permite la expresión—. Y es por eso que no es recomendable para todos los públicos, acostumbrados a las series del ahora, con tramas más complejas, quizá. Aunque eso, a mi modo de ver, la hace más atractiva aún. ¿No creen? No se asusten, tampoco, si leen críticas sobre ella. Las comparaciones las carga el diablo y no hacen verdadera justicia. Padre Brown no es ni un Se ha escrito un crimen ni un Poirot ni nada así. No se parece a otras series del género policiaco o detectivesco más allá de la mera pertenencia a ese común denominador. A nuestro admirado padre Brown el crimen le interesa por cuanto variante, digamos, del pecado original, y lo que busca no es una condena penal del culpable —la horca por aquel entonces— sino la culpa ante Dios, la redención, el arrepentimiento, el perdón. No hay comparación posible, es un género —o subgénero, si prefieren— en sí mismo.

En fin, que les sugiero que vayan a sus cocinas, pongan el agua a calentar, metan la bolsita de té y se sirvan, ahora mismo, un episodio de Padre Brown. Y, si gustan, háganse con alguna de las ediciones de Chesterton, Los relatos del padre Brown o El padre Brown al completo, publicados por Acantilado o Valdemar, respectivamente, a modo de universo expandido. No se arrepentirán.