Diálogo fe y ciencia

«Las ciencias no son mundos intelectuales desconectados unos de los otros y de la realidad, sino que, más bien, están interconectados y dirigidos al estudio de la naturaleza como una realidad unificada, inteligible y armoniosa en su indudable complejidad», ha afirmado Benedicto XVI en su discurso ante la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias, celebrada la semana pasada en Roma. Este encuentro pretendía, bajo el lema Complejidad y analogía en la ciencia, analizar, en palabras del Santo Padre, «la constante expansión de la investigación científica», y su lucha por lograr «una visión integral de este universo», algo que se pone de manifiesto, por ejemplo, en los intentos de unificar todas las energías del universo en una única fuerza fundamental. Esta visión comprehensiva —subrayó— del cosmos «tiene fértiles puntos de contacto con la visión del universo asumida por la filosofía y la teología cristianas.