Costa Rica acoge a las misioneras de la Caridad expulsadas de Nicaragua
«Estamos sorprendidas por el recibimiento que hemos tenido» en la diócesis de Tilarán-Libera, agradecían las religiosas. Llegaron a la frontera el miércoles escoltadas como delincuentes
Del corazón de las misioneras de la Caridad expulsadas este miércoles de Nicaragua «solamente salen palabras de agradecimiento» por la acogida que han recibido en Costa Rica. «Estamos sorprendidas por el recibimiento que hemos tenido por parte del pueblo, de los sacerdotes, de monseñor y de todos vosotros», afirma una en nombre de todas en un vídeo elaborado por la diócesis de Tilarán-Liberia y difundido por el periodista Houston Castillo.
«La madre Teresa siempre decía “obras de amor son obras de paz”», proseguía la hermana. «Y desde el momento que hemos pisado la tierra costarricense eso es lo que hemos sentido en nuestro corazón: paz».
Entre las religiosas hay siete indias, dos mexicanas, una española, dos guatemaltecas, una ecuatoriana, una vietnamita, dos filipinas y dos nicaragüenses; en total, 18. En Nicaragua, dejaron a un nutrido grupo de amigos y colaboradores de sus obras, a los que pidieron que no dejaran que sus energías y su colaboración se perdieran. Les sugirieron además que siguieran aportando su ayuda a otros proyectos, como por ejemplo el sostenimiento de los seminarios.
«Un almuercito»
Varios testigos oculares y vídeos difundidos en las redes sociales las mostraban el miércoles escoltadas como delincuentes para abandonar el país, sometido al régimen de Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo. De hecho, el microbús que las llevó a la frontera iba acompañado de varios vehículos del Ministerio de Migración y Extranjería. Todo cambió al llegar a la frontera. En el mismo puesto fronterizo las esperaban varios sacerdotes de Tilarán-Liberia, que allí mismo les ofrecieron «un almuercito».
Lo ha relatado el obispo local, Manuel Salazar Mora, en un vídeomensaje. «En la madrugada, recibí una llamada de un sacerdote» que le avisaba de que las religiosas iban a ser expulsadas el miércoles. Hasta ese momento, «ellas mismas no tenían claro cuál día iban a poder salir». Él no podía ir por un compromiso previo, pero pidió a varios sacerdotes que acudieran a la frontera a recibirlas.
Querían ofrecerles «caluroso recibimiento», pues la Iglesia costarricense ve en ellas a representantes de «la Iglesia de Jesucristo, que es la Iglesia perseguida». Y transmitirles que «las amamos» y que «nos honran ustedes con su presencia», que es la de Cristo. «Mi diócesis está con las puertas abiertas».
«Guardan silencio»
Salazar se reunió con ellas unas horas después, en Guanacaste. «Las confortamos, secamos algunas de sus lágrimas». Además de saludar a todo el grupo, el obispo se reunió más tiempo con la superiora «para que pudieran expresarme todo lo vivido».
El obispo no quiso dar ningún detalle de esa conversación, por respeto a las religiosas. Ellas «guardan silencio por ser religiosas, por su espiritualidad de desaparecer, de no figurar, de no entrar en polémica, y ofrecen su dolor por el pueblo». Sí comparte que «pasaron momentos difíciles de zozobra, de angustia» y de temor por «su integridad física, sabiendo que entre ellas hay religiosas de diferentes nacionalidades y algunas mayores». Hasta que se vieron en Costa Rica, «estaban muy preocupadas».
«Desconozco las razones por las cuales el gobierno nicaragüense las ha expulsado», aclara. «No veo en ellas culpa alguna». Son «mujeres valientes», «esposas de Jesucristo, que solo pretenden servir a los pobres». Un «ejemplo de entrega y sencillez».
Respeto a los derechos humanos
El anfitrión de las religiosas expulsadas termina su mensaje pidiendo oraciones «por nuestro hermano pueblo de Nicaragua», y para que sus problemas se solucionen «respetando los derechos humanos. Que halle esa libertad de expresión de todos, sin violencia ni agresión y con respeto y tolerancia se busquen soluciones políticas». Concluye asegurando que «el amor triunfará, la última palabra en la historia la tiene Dios, no el hombre; la luz y no la oscuridad», antes de exclamar «adelante, Nicaragua». «¡Viva Cristo Rey!».
La disolución de las Misioneras de la Caridad y otras 100 ONGs en Nicaragua fue aprobada el 29 de junio por la Asamblea Nacional, de forma urgente y sin debate alguno. El órgano legislativo de Nicaragua está controlado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), dirigido por Ortega.