Un colegio para los niños que iban a clase debajo de un árbol
En 2019 Pati Llamas y María Piédrola montaron la asociación Los Ángeles de Kenia, que se dedica a ayudar a los niños más desfavorecidos del país y a niñas que han sido violadas y que han decidido seguir adelante con el embarazo
En una ocasión a las veinteañeras españolas Pati Llamas y María Piédrola les invitaron a conocer en Kenia una casa de mujeres que habían sido violadas y que habían decidido seguir con su embarazo. La idea era visitar el proyecto antes de ver si lo apoyaban con su asociación Los Ángeles de Kenia. «Nos esperábamos un grupo de mujeres adultas, porque en nuestra cabeza la figura materna es la de una persona más mayor que nosotras», confiesa Pati en conversación con Alfa y Omega. Pero, cuando entraron, se encontraron «con un montón de niñas jugando a las palmas palmitas con sus hijos al lado. Fue super impactante, ninguna superaba los 17 años», reconoce. «Tenían situaciones muy complicadas. Habían tenido que irse de sus casas. Pero algunas por fe y otras sin ella, todas habían decidido seguir adelante con el embarazo. Sabían que allí había una vida y habían decidido defenderla a toda costa».
Después de aquella visita, las niñas recibieron sus alas y el proyecto comenzó a ser apoyado por Los Ángeles de Kenia, cuyo nombre hace referencia a todos esos pequeños desfavorecidos que Llamas y Piédrola atienden desde que conocieron el país en 2017. «Aquel año fuimos juntas a Kenia de voluntariado con la Universidad Villanueva». Lo que vieron allí les dejó una profunda huella en su corazón y, a partir de entonces, comenzaron a ir todos los años, «incluso después de acabar la universidad». Cuando fueron por su cuenta, la idea era ayudar como voluntarias en un colegio local. Ambas han estudiado Magisterio. «Entonces, unos amigos nos enseñaron un orfanato muy grande con muchos niños y mucha necesidad», rememora Pati, «y decidimos ayudar allí full time con nuestros ahorros y tirando de nuestros familiares».
Una de las cosas que hicieron en el orfanato fue «tratar de poner orden en la casa», para lo que le pidieron ayuda a Vanesa Travieso, de @ponorden, «y fue ella quien nos insistió para que nos hiciéramos un Instagram y un directo en esta red social». Según Llamas, fue un éxito total. Los números avalan estas palabras. La asociación comenzó a subir en seguidores y hoy cuenta con más de 17.000 en Instagram. «Muchos de ellos nos preguntaban cómo podían hacer una donación y creamos un crowfunding. En una semana conseguimos 10.000 euros, cuando el objetivo eran solo 500».
Después de algo más de cuatro meses, las jóvenes volvieron a España y «pensamos que teníamos dos opciones: o dar todo el dinero a otra organización y cerrar esta etapa o remangarnos y crear la nuestra propia». Así surgió, en junio de 2019, Los Ángeles de Kenia, que se dedica a ayudar a los niños más desfavorecidos y a niñas que han sido violadas y que han decidido seguir adelante con el embarazo. «El nombre es por los niños. Nosotras somos creyentes practicantes y desde el primer momento nos dimos cuenta que se podía ver muy bien a Dios en cada uno de esos pequeños, y entonces para nosotros son como ángeles. Ellos nos ayudan a nosotras a estar más cerca de Dios», explica Pati Llamas, que se encuentra ahora mismo en el país africano trabajando en el último proyecto de la asociación.
Una clase debajo del árbol
La asociación se encuentra afanada ahora mismo en la construcción de un colegio en Masai Mara, en plena sabana keniata. «Nosotras siempre hemos dicho que una buena educación es la base de todo». El proyecto original pertenece a otra asociación y ellas están apoyando. «Tiene una historia muy bonita. Los de la otra asociación se encontraron una madre dando clase a 30 niños debajo de un árbol y ahora, entre todos, estamos construyendo un colegio con Primaria, Secundaria y Bachillerato».
Las jóvenes están acompañadas por la pastoral juvenil de la parroquia Nuestra Señora de la Moraleja, en Madrid. «El sacerdote estaba interesado en encontrar un campo de trabajo para los chicos, y nos hemos traído a 30», explica Pati Llamas, que va a pasar todo el mes de julio en el país. «El resto estarán solo del 1 al 14 de este mes». La idea «es que en este tiempo podamos construir un aula y la cocina. Los voluntarios han estado consiguiendo dinero durante meses para financiar el proyecto, y finalmente han logrado los 15.000 euros para su construcción».