El sargento don David Fernández Ureña, de 35 años, bilbaíno, ha dado su vida por los demás en Afganistán. Ya estaba condecorado por su profesionalidad excepcional en misiones anteriores. Especializado en armas nucleares, biológicas y químicas, desactivaba artefactos explosivos. Uno de ellos le causó la muerte. El arzobispo castrense, al lamentar su muerte inesperada, destacó «su buen corazón, su vocación y entrega como militar», y subrayó que «la muerte no es un tabú para un militar, porque han sido educados para asumir su propia entrega como precio de la seguridad, la libertad y la defensa de su país que hoy, en la complejidad de la globalización, se juega también en Afganistán». Que Dios le premie su entrega y dé a sus familiares la certeza de que la muerte no es el final. Las misiones en el exterior se han cobrado ya la vida de 177 militares españoles.