Peregrinación a Fátima de Jóvenes, Familias y Adultos por el Reino de Cristo. María, primera evangelizadora - Alfa y Omega

Peregrinación a Fátima de Jóvenes, Familias y Adultos por el Reino de Cristo. María, primera evangelizadora

Un joven alejado de la fe accede a ir a una peregrinación de cuatro días, a Fátima. Se anda, hay charlas, Misa y oración. Y no sólo se lo pasa bien, sino que se encuentra con Dios y quizá incluso se confiesa, por primera vez en años. En Jóvenes por el Reino de Cristo tienen una explicación para este fenómeno, que lleva ocurriendo más de 20 años: María

María Martínez López
Jóvenes por el Reino de Cristo, durante uno de sus encuentros en Fátima.

María «reúne en sí y refleja en cierto modo las supremas verdades de la fe», afirmó el Concilio Vaticano II en la Constitución dogmática Lumen gentium. Por ello, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha dado mucha importancia, dentro del Año de la fe, a organizar «peregrinaciones, celebraciones y reuniones en los principales santuarios» marianos; y que se ayude a los fieles a «reconocer el papel especial de María en el misterio de la salvación, a amarla filialmente y a imitar su fe y virtud».

El 8 de febrero, cerca de mil jóvenes y adultos de toda España se pondrán en camino hacia Fátima para ponerse a los pies de la Virgen, Estrella de la nueva evangelización. Este encuentro comenzó hace 21 años como una peregrinación de jóvenes de Toledo, y en 2000 fue asumido por Jóvenes por el Reino de Cristo (JRC), el sector de jóvenes del Apostolado de la Oración. Se incorporaron también los adultos y las Familias por el Reino de Cristo. En todo este tiempo, han participado en la peregrinación unas 10.000 personas. Este año, bajo el lema Feliz tú, que has creído, se sumarán a ellos 600 jóvenes –de 16 a 35 años– de 150 grupos, y 500 adultos, niños y cuidadores que acudirán al santuario en familia.

El consiliario nacional de JRC, padre Francisco Martín de Vidals, explica que toda la peregrinación está pensada para evangelizar. De entrada, se invita abiertamente a jóvenes alejados. En algunos lugares se visitan los institutos o se hacen pegadas de carteles. Aunque «lo más eficaz es el tú a tú. Muchos curas y jóvenes que no saben qué hacer con algún chaval, piensan en llevarlos a Fátima. No es raro que vayan chicos sin bautizar, que no han recibido la fe en casa o que están un poco perdidos».

Entonces empieza el cambio. «La misma distribución de las actividades y los temas que se tratan –el sentido de la vida, la felicidad, el pecado…– van muy dirigidos al primer anuncio». Por otro lado, «el mensaje de Fátima es un mensaje de conversión, de cambio de vida», que hace bien a novatos y veteranos. El programa es intenso: un día de camino, charlas, reuniones, visita al lugar de las apariciones, Eucaristía, Vigilias… «Desde fuera, piensas que no es posible que un chaval que casi no conoce la Iglesia aguante». Pero es así, y don Francisco lo atribuye, en primer lugar, a que «el ambiente es muy bueno», con ratos de distensión y grupos grandes de jóvenes «con las ideas claras».

Pero, por supuesto, se debe sobre todo a la mano de la Virgen. «En Fátima, no hay proporción entre lo que tú organizas y el fruto que recoges. Empiezas a andar el sábado», cuando lo único que se ha hecho hasta entonces es viajar el viernes y tener una charla, «y ya hay cola para confesarse, incluso se ponen en ella chicos que no se confiesan desde la Primera Comunión. No es la dinámica de la peregrinación la que provoca esto, sino que hay una presencia especial y eficaz de la Virgen. Y salen muy tocados» por Dios.

El plazo de inscripción está abierto hasta el 31 de enero. Más información: Tel. 925 81 17 30; www.peregrinacionfatimajrc.es. Para la peregrinación de adultos: adultosreinodecristo@gmail.com. Para la de familias: familiasfatima@gmail.com.

Los casos más difíciles

Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, es asiduo a las peregrinaciones a Fátima desde que comenzaron. En un vídeo promocional de la peregrinación, comparte el enorme fruto que la visita a la Virgen dio en su parroquia de Zumárraga, inmersa en un ambiente difícil marcado por las drogas y el nacionalismo abertzale:

«Durante más de 20 años, he sido párroco de la parroquia de El Salvador de Zumárraga, y tengo una deuda muy grande con ella, con la Virgen de Fátima. Las mayores conversiones y los mayores avances y pequeños triunfos que he podido ver en la pastoral juvenil en aquella parroquia tuvieron lugar o tuvieron su inicio en la peregrinación que anualmente hacíamos al santuario de Fátima con este grupo de jóvenes, los días de Carnaval anteriores a la Cuaresma. La Virgen no dejaba de sorprenderme, porque la verdad es que yo le daba trabajos bastante duros todos los años. Y, cuando regresábamos a Zumárraga, hacía crecer mi confianza en que ella lleva adelante la tarea de la nueva evangelización. Le doy gracias porque el encuentro anual que teníamos en Fátima era una esperanza de que ella conduce a cada uno de nuestros jóvenes. Puedo decir que incluso vocaciones sacerdotales, a la vida religiosa, muchas vocaciones matrimoniales nacieron allí, en aquel encuentro de Fátima. Ella lleva adelante la tarea de la evangelización, Jesucristo se la ha encomendado. Le quiero agradecer y os quiero agradecer a todos los que sois perseverantes y continuáis con ese encuentro que lleva ya tantos años».