Directora de Alpha Internacional para Europa: «En la Iglesia, un objetivo sin un plan es solo un deseo»
María González Dyne participa este sábado en el Día de Visión que organiza Alpha España. Solo el año pasado, más de 15.000 personas, la mitad de ellas jóvenes, pasaron por esta experiencia de evangelización en nuestro país
Alpha España organiza este sábado en Madrid un Día de Visión, un encuentro de evangelización dirigido a equipos parroquiales, catequistas, agentes de pastoral, equipos de Alpha, y a todos aquellos laicos, religiosos y sacerdotes interesados en cómo aterrizar en España la nueva evangelización. Heredero de los encuentros Sumérgete de verano interrumpidos por la pandemia, contará con momentos de oración, tres ponencias principales y talleres sobre Cómo dar testimonio sin parecer tonto, Sanación, Orar unos por otros, Arte y evangelización y Cómo escuchar a Dios. Abrirá el evento María González Dyne, directora de Alpha Internacional para Europa y responsable de las relaciones con el Vaticano y con otras Iglesias cristianas.
El término «visión» es un concepto que se aplica mucho al mundo empresarial. ¿Cómo podemos entenderlo bien en un contexto de Iglesia?
Puede resultar un enfoque un tanto empresarial, pero prácticamente hoy la gran mayoría de organizaciones de Iglesia, especialmente las de índole social, tienen su visión, su misión y su plan estratégico, y así se garantiza la transparencia en el uso de sus recursos y también una fuerte credibilidad.
El concepto de visión, junto a la misión y valores, conforman la identidad de una organización o estructura, algo que la hace única y la diferencia de las demás. En el ámbito de Iglesia, es el deseo, la aspiración, el sueño que querríamos alcanzar y lo que nos mueve e interpela a transformar una realidad determinada en un periodo de tiempo y momento concretos. La visión comporta un plan de acción, con una serie de objetivos claros y concretos a alcanzar y que a lo largo del tiempo, nos permitirá saber si vamos logrando lo que nos hemos propuesto y en qué medida. De ahí el dicho: «Un objetivo, sin un plan, es solo un deseo».
¿Esto cómo se concreta? Es decir, ¿cómo podemos saber si una comunidad, un grupo o un movimiento tienen una visión?
En ocasiones, la visión como concepto no es quizás aparente, o no se refleje o comparta explícitamente, pero las personas que lo integran y sobre todo las que lo lideran tienen claro qué quieren ser, dónde quieren estar o que querrían alcanzar… En ocasiones, una de las señales más palpables es esa llama especial que arde y que caracteriza a una comunidad o a un movimiento cuando se palpa la presencia del Espíritu Santo, esa alegría de los discípulos de Emaús: «¿No ardía nuestro corazón en el camino mientras nos explicaba las Escrituras?».
¿Cuál es la visión de Alpha entonces?
En Alpha, nuestra visión es contribuir y aportar nuestro granito de arena para la evangelización de las naciones, la revitalización de la Iglesia y la transformación de la sociedad. La misión de Alpha es equipar y servir a la Iglesia en su misión de acompañar y ayudar a las personas a descubrir y desarrollar una relación con Jesús.
En este sentido, visión conlleva dirección, escucha, discernimiento, misión, y sobre todo acción. En Alpha, uno de los pasajes que fundamenta nuestra visión y nos mueve e interpela a la acción es el de Mateo 28: «Id y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».
¿Y en España?
La visión de Alpha es la misma en todos los países. El año pasado, el curso Alpha se realizó en 130 países, con más de 21.000 iglesias y aproximadamente 1.200.000 personas. En los últimos 30 años, más de 28 millones de personas han participado en un curso Alpha y han tenido la oportunidad de recibir ese primer anuncio, el Kerigma.
Estamos verdaderamente ilusionados con el crecimiento de Alpha en España en estos últimos diez años. Solo el año pasado se organizaron 302 cursos con más de 15.000 personas participando, y más de la mitad eran jóvenes. Vemos el potencial transformador de Alpha y cómo está sirviendo no solo para dar a conocer a Jesús y el Evangelio, sino a crear comunidad e impulsar y promover ese espíritu de misión, comunión y participación, tal como nos invita el camino sinodal.