Los jóvenes siembran la economía de Francisco
Inspirados por el Papa, un grupo internacional de jóvenes ha creado The Farm of Francesco, una comunidad global de granjas de agricultura regenerativa
¿Una red de granjas repartidas por todo el mundo e impulsadas por el Papa? Sí. Todo comenzó en 2020. Aquel año el Pontífice convocó a los jóvenes al evento Economía de Francisco, que aspiraba a refundar el sistema económico mundial. Desde entonces, han pasado dos años en los que se han asentado las bases teóricas de ese nuevo modelo y se ha desarrollado toda una propuesta práctica. Ahora toca bajar al barro. Y eso es lo que han hecho, literalmente, la argentina María Virginia Solís y su equipo, formado por otros once jóvenes procedentes de México, Nigeria, Brasil, Polonia o China, todos ellos con edades entre 27 y 36 años. «En el evento del Papa nos apuntamos al grupo Agricultura y Justicia y, dentro de él, al de Startup. La idea era dedicarse a un emprendimiento que mitigue las injusticias en agricultura», resumen Solís a este semanario.
Así nació The Farm of Francesco (La granja de Francisco), que pretende formar una comunidad global de granjas inspiradas en los principios de las encíclicas Laudato si y Fratelli tutti, y que se centren en una agricultura regenerativa. Pero esto no es fácil. «El 80 % de los agricultores de los países en vías de desarrollo son pequeños propietarios que, a pesar de tener un papel clave en la consecución de la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel mundial, no disponen de los recursos y conocimientos necesarios para cambiar a prácticas más rentables y sostenibles», apuntan los responsables del proyecto.
Para subsanar esta deficiencia, La granja de Francisco pretenden montar 250 granjas propias alrededor del mundo para que estas puedan servir de modelo para las granjas locales. «De momento ya se han puesto en marcha dos, una en Nigeria y otra en Brasil, en el Amazonas», asegura Solís. En la primera de ellas, además, «se está empezando a crear una comunidad de cinco productores locales». Después de identificar sus desafíos, «hemos diseñado un programa educacional junto con una universidad de la zona», lo que les ha valido para obtener el Premio Internacional Francisco de Asís y Carlo Acutis por una economía de la fraternidad, concedido por la diócesis de Asís el pasado 21 de mayo.
El modelo de intervención sigue la hoja de ruta papal del ver, juzgar y actuar. «Lo primero que hacemos es conocer tanto a la comunidad de personas de las inmediaciones –si viven familias o qué tipo de alimentación consumen– y el tipo de terreno –cuál es el ph del suelo, qué tipo de cualidades tiene…–». Más tarde «se procesa toda esta información y se diseña un plan de actuación» en el que se determina «qué se va a plantar» o «cuándo hay que hacerlo». Por último, la parte de la actuación se desarrolla con «la siembra, la recogida, y todo el resto de las labores propias de una granja de estas características», detalla Solís.
Hasta el momento, «el proceso se ha desarrollado con recursos propios del equipo», aunque «también hemos recibido la contribución económica puntual de un par de organizaciones que comulgan con nuestros principios, y ahora lo del premio», explica la joven argentina. Sin embargo, «hace falta más dinero para el capital inicial», por lo que «hemos abierto una campaña de donativos a través de nuestra página web». Para el futuro, «la idea es que las granjas puedan ser autosostenibles», concluye.