Jorge Nuño, secretario general de Cáritas Europa. Europa, en riesgo
El impacto de la crisis europea, el último informe elaborado por Cáritas Europa, advierte que los recortes en gastos sociales, el desempleo y el aumento de los impuestos amplían la crisis y ponen «en riesgo la cohesión de Europa y la legitimidad política de la Unión Europea». El texto —basado en datos empíricos y en la experiencia sobre el terreno de Cáritas en España, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal— señala que los Gobiernos están fallando, a la hora de proteger a los grupos más vulnerables
¿Por qué este informe?
Desde 2008, comienzan a llegar noticias a nuestra oficina —que coordina la red de Cáritas en 46 países europeos— de personas de clase media, padres de familia con traje y corbata, que acuden a pedir ayuda a las parroquias y nos dicen que tienen que tomar una decisión: o calentar la casa, o dar de comer a sus hijos. Por eso hemos elaborado este informe: para contar lo que vemos, presentarlo a las instituciones europeas —ha tenido gran acogida, por cierto, en el Parlamento europeo— y proponer alternativas. Islandia nos lo ha demostrado: cayeron bancos, pero se salvaron las prestaciones y los pequeños ahorros de las familias.
Dice el informe que, en Europa, hay falta de integración de las políticas económicas y sociales, y falta un compromiso para una sociedad que incluya, en lugar de excluir.
¿Qué es más importante, salvar a un Banco, o a una familia que se suicida por un desahucio? La respuesta a esta pregunta tiene consecuencias. Si es más importante salvar a un Banco, hay que asumir que mucha gente se queda en la calle. Si no hay dinero para dar de comer a los niños, fracasan en el colegio. Si se le quitan los profesores de apoyo, sigue fracasando. ¿Se le podrá volver a reintegrar en tres años? No. Y así, estamos perdiendo a personas que tienen que contribuir a la sociedad el día de mañana.
Personas que también han dejado de creer en dicha sociedad…
Los niños, que hoy ven que sus padres no encuentran trabajo, no creen en la sociedad. Esto genera una nueva conciencia social en grandes sectores de la población: ¿Para qué contribuir a la sociedad si no merece la pena? Si la población no cree en la política, se rompe el contrato social y el sistema democrático. Y aparecen partidos como los de la ultraderecha griega.
¿Qué dice el informe sobre España?
En España, casi la tercera parte de los niños —más del 27 %— están en situación de pobreza, lo que significa que las familias no pueden cuidar de ellos. Hay que asegurar ingresos mínimos, apoyos para la creación de empleo y que la pobreza infantil se reduzca, o hablaremos de una generación perdida.
¿Y de los otros cuatro países?
De Grecia, destacaría la gran desesperanza que se ha generado en la sociedad. El 70 % de la población, ahora, está mucho peor que hace 4 años. Italia es el país que más ha sufrido en materia de clima social.
En Irlanda, el coste de la crisis lo están pagando las clases trabajadoras, y los acreedores de los bancos tienen más derechos que los ciudadanos. Como en su momento la deuda de los Bancos se convirtió en deuda soberana, es el ciudadano el que tiene que pagar la mala gestión de los bancos. Es parecido a lo que ocurre en Portugal, donde los grupos sociales más vulnerables se ven afectados más fuertemente por las medidas de austeridad.
Los resultados del informe muestran que las medidas de austeridad están afectando negativamente a las personas en situación de pobreza, y conducen por primera vez a esta pobreza a muchos otros.
Desde el principio hay opciones políticas que dicen que van a combatir la crisis y la austeridad. No estoy en contra de la austeridad como principio pero, cinco años después, estamos peor, por lo que la receta aplicada es inútil y debilita a las personas. Lo que más nos duele es que los jefes de Gobierno de la Unión Europea acordaron, en 2010, una estrategia, Europa 2020, con el objetivo de aumentar el empleo hasta el 75 % de la población activa, reducir el fracaso escolar y la pobreza en 20 millones de personas. Y vamos justo en la dirección contraria.
¿Hay luz al final del túnel?
Somos optimistas, y creemos que hay medidas a corto plazo para revertir las cifras. Lo malo de esta crisis es que está provocada por las personas. Primero, por unas malas decisiones y prácticas en el sector financiero. Segundo, por una marea de decisiones políticas para afrontar la crisis que no han tenido en cuenta a las personas. Esto puede traer un problema gravísimo a la sociedad: que la pobreza se convierta en estructural, lo que significa que será imposible dar marcha atrás y recuperar sectores como la infancia, para poder construir Europa.