Fe y caridad, unidas - Alfa y Omega

Renovar nuestra fe en Jesucristo: esta idea está en el propósito de Benedicto XVI al convocar el Año de la fe, en el cincuenta aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II: «El Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo». Esta conversión a Cristo se convierte en la condición inicial e indispensable para poder poner en marcha el proceso evangelizador que el mundo de hoy necesita; conversión a la que todos los fieles estamos llamados: una conversión real, que conlleva un cambio de vida y un mayor afán evangelizador. La Iglesia, y los creyentes que a ella pertenecen, transmiten lo que viven. No se puede transmitir aquello en lo cual no se cree y no se vive. No se puede transmitir el Evangelio sin saber lo que significa estar con Jesús, vivir en el Espíritu de Jesús la experiencia del Resucitado. Es importante conocer mejor lo que creemos, pero que, antes que el conocimiento de cosas y misterios, la fe es decidirse a estar con el Señor para vivir en Él y dejarse trasformar por Él.

Asimismo, en estos momentos de crisis social, económica y de fe por los que está atravesando nuestro país, en los que las posibles respuestas parecen insuficientes, desde la esperanza cristiana es bueno recordar que existe un lazo indisoluble entre la fe y la caridad. No podemos pensar que fe y caridad están separadas, o que una se opone a la otra. Es mucho el sufrimiento que nos golpea y que, por desgracia, en muchas ocasiones se ceba con los más débiles y marginados. El compromiso activo de los católicos con los más necesitados surge siempre de una fe que se trasforma en amor. No puede ser de otra manera: la fe nos hace acoger el mandamiento nuevo de Jesús; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica.

Damos gracias a Dios por tantos queridos fieles laicos que, con gran empeño, estáis renovando vuestra alegría de creer y recuperando el entusiasmo de trasmitir la fe, y que estáis estrechamente comprometidos entregando vuestras personas y recursos a favor de los más necesitados. Seguro que vuestra solicitud, generosidad y entrega se verá recompensada con la fecundidad de vuestro apostolado.

Del Mensaje de la Comisión episcopal de Apostolado Seglar, en el Día de la Acción Católica y el Apostolado Seglar