¿Te imaginas que, de diez de tus amigos, tres corrieran el peligro de morir por una enfermedad fácil de prevenir y que se puede curar? Es lo que ocurre en Camerún, un país africano, con la malaria. Esta enfermedad se transmite por la picadura de un mosquito, y, aunque tiene cura, puede ser mortal. Cada año, hay 200 millones de casos de esta enfermedad, de los que mueren 660.000 personas. El 90 % de estas muertes se produce en África, y se dan sobre todo entre niños pequeños, de menos de cinco años. Son menos muertes que hace unos años, pero todavía demasiadas. Hay que hacer muchos esfuerzos para que las personas que viven en estos países tengan acceso a las medicinas para la malaria —que a veces no pueden comprar por falta de medios—, y también para lograr una vacuna que evite que se contagien. Hasta que los investigadores logren descubrirla, la mejor forma para frenar el avance de esta enfermedad es hacerles llegar mosquiteras con insecticida para que las tengan en las casas, y así eviten las picaduras de mosquitos que contagian la enfermedad.