Masacre con decenas de víctimas en una parroquia católica en el sur de Nigeria
Los atacantes han disparado contra los fieles durante la Misa de Pentecostés. El Papa ha sido informado del ataque y ha expresado su consternación
Al menos 50 muertos es el balance provisional del ataque que ha tenido lugar este domingo de Pentecostés en una iglesia del estado de Ondo, en el sur de Nigeria. La masacre se ha producido en la parroquia de San Francisco Javier, de la localidad de Owo, mientras decenas de fieles celebraban la solemnidad de Pentecostés.
Un grupo de hombres armados, según algunos testigos entre cinco y diez, han entrado abriendo fuego indiscriminadamente contra los feligreses. Entre los asesinados hay mujeres y niños. Tras abrir fuego contra las víctimas inocentes habrían hecho detonar un explosivo en el interior del templo para, posteriormente, secuestrar a algunos de los supervivientes. En un primer momento se creyó que los atacantes habían raptado al sacerdote, pero el portavoz de la diócesis ha desmentido este punto. El hospital local ha recibido decenas de heridos, algunos en condiciones de extrema gravedad, por lo que la cifra de muertos y heridos no es todavía clara.
Por el momento, ningún grupo ha reivindicado el atentado, el primero de esta naturaleza en el sur de Nigeria, una zona relativamente tranquila, de mayoría cristiana, y a la que no había llegado Boko Haram, el grupo yihadista que destroza desde hace más de una década el noroeste del país. Podría tratarse de un ataque de Boko Haram o de los fulani en represalia por la política ganadera que ha restringido el pastoreo para los miembros de esta etnia, que se baten continuamente por la posesión de la tierra.
«El ataque vil y satánico es un asalto calculado contra las personas amantes de la paz en Owo que han disfrutado de relativa paz en estos años», ha declarado por su parte el gobernador de Ondo, Rotimi Akeredolu, que ha lamentado este «domingo sangriento». Por su parte, el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, ha expresado su «conmoción y tristeza» y ha pedido que nadie se tome la justicia por su mano.
El Santo Padre ha sido informado de la matanza. A través de un comunicado, la Santa Sede asegura que Francisco reza por las víctimas y por el país, «dolorosamente atacados en un momento de fiesta y confía a todos al Señor, para que envíe su espíritu a consolarlos».