Dos sacerdotes y dos jóvenes secuestrados en la diócesis de la joven lapidada
La Asociación Cristiana de Nigeria había exigido solo un día antes del ataque que las Fuerzas de Seguridad protegieran a los cristianos
Continúa la persecución religiosa en la diócesis nigeriana de Sokoto. Después del asesinato de la joven Deborah Samuel Yakubu, linchada el 12 de mayo, en la madrugada de este miércoles dos sacerdotes y dos jóvenes han sido secuestrados. Según informa Christopher Omotosho, director de Comunicaciones Sociales de la diócesis en un comunicado, se trata de los padres Stephen Ojapa, de la Sociedad Misionera de San Pablo, y el padre Oliver Okpara, ordenado el pasado mes de septiembre. Además, han desaparecido con ellos dos chicos que vivían en la casa.
«A medianoche de hoy unos hombres armados irrumpieron en la rectoría de la iglesia católica de San Patricio, en Gidan Maikambo, en el estado de Katsina». El estado de Katsina, junto con el de Sokoto y buena parte de los de Zamfara y Kebbi, forman parte del territorio de la diócesis. Según testigos presenciales, no se vio a los atacantes montados en motos, como es habitual en estos casos. «No tenemos información sobre su paradero. Les pido que recen por su seguridad y su pronta liberación».
Desde la muerte de Deborah Samuel Yakubu, lapidada por supuestamente haber blasfemado contra el islam y luego quemada, y la detención de dos sospechosos, se han producido varios ataques contra la Iglesia en Sokoto. Los disturbios fueron de tal magnitud que las autoridades impusieron un toque de queda.
Llamamiento al Gobierno
Hace solo un día, la Asociación Cristiana de Nigeria denunció que estos ataques iban en último término dirigidos «contra el obispo Matthew Kukah, porque él es una voz para los que no tienen voz en este país. Él está diciendo la verdad a los poderosos todos los días», afirmó el vicepresidente de la entidad en el estado de Kaduna, Chris Annge.
«Hacemos un llamamiento al gobierno de Nigeria para que se asegure de que los responsables de la seguridad de todos se ocupen de nosotros», exigió Annge en un comunicado recogido por Fides. Por ello, les pedía que «actúen y protejan la vida de monseñor Kukah y de todos los creyentes, así como de cada nigeriano, de estas amenazas inaceptables».
Mientras tanto, la violencia en varias zonas de Nigeria no cesa. El 20 de mayo algunos feligreses de la Iglesia de San Miguel Agasha, de la diócesis de Makurdi, fueron asesinados cuando milicianos armados fulani atacaron las aldeas en el estado nigeriano de Benue. A diferencia de los anteriores ataques, este tuvo lugar a plena luz del día.