Las iglesias de Europa piden a Putin y Zelenski un alto el fuego por Pascua - Alfa y Omega

Las iglesias de Europa piden a Putin y Zelenski un alto el fuego por Pascua

Detener los combates del 17 al 24 de abril permitiría a los cristianos celebrar esta fiesta y «daría un respiro» a todos los ciudadanos de Ucrania y Rusia

Redacción
Krieger (izquierda) y Hollerich (centro) visitan una iglesia ortodoxa en Chelm durante su visita a Polonia, la semana pasada. Foto: COMECE.

Las iglesias de la UE han pedido a los presidentes ruso, Vladimir Putin, y ucraniano, Volodymyr Zelenski, un alto el fuego desde el 17 hasta el 24 de abril, ambos inclusive. Es decir, entre la Pascua según el calendario gregoriano, que sigue la Iglesia católica romana, y la Pascua según el calendario juliano, que siguen tanto los ortodoxos rusos y ucranianos como los grecocatólicos.

Este llamamiento se suma al lanzado por el Papa Francisco el domingo pasado. Se lo hicieron llegar por carta a Putin y Zelenski, el 11 de abril, los presidentes de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la UE, cardenal Jean-Claude Hollerich, y de la Conferencia Europea de las Iglesias, Christian Krieger.

La misiva pide «un alto el fuego general para dar a los cristianos en Rusia y Ucrania, hermanas y hermanos en Cristo, la oportunidad de celebrar la Pascua en paz y dignidad». Este gesto «también sería beneficioso para todos los ciudadanos de ambos países, dándoles un respiro de la preocupante incertidumbre sobre las vidas de sus seres queridos que están bien luchando en los conflictos o afectados por ellos».

Junto con esta carta a los dos dirigentes, Hollerich y Krieger escribieron también al patriarca de Moscú, Cirilo, para pedirle su apoyo a la iniciativa. Con ello, «usted podría demostrar cuánta importancia atribuye» a que las iglesias ucranianas y rusas puedan celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. «Después de dos años en los que la Pascua se tuvo que celebrar con ciertas restricciones por la pandemia, esperamos, con su apoyo, crear las condiciones que nos permitirán a todos celebrar estos momentos esenciales para todos los cristianos».

Segunda carta a Cirilo

Esta carta es solo el último de los gestos de ambos líderes cristianos a favor de la paz en Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa, el 24 de febrero. La semana pasada, Hollerich y Krieger visitaron juntos durante dos días la frontera entre Ucrania y Polonia.

Además, el 8 de marzo Hollerich escribió al patriarca Cirilo para pedirle que dirigiera «un llamamiento urgente a las autoridades rusas para que detengan inmediatamente las hostilidades contra el pueblo ucraniano y muestren buena voluntad para buscar una solución diplomática al conflicto». El responsable de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, el metropolita Hilarión, respondió que no se daría tal mediación. «Es completamente obvio que el actual conflicto no se puede resolver con otra declaración pública», argumentaba. En cambio, pedía a Hollerich que COMECE interviniera ante la UE «para prevenir que continúe la escalada».

Los llamamientos al patriarca Cirilo para que intervenga de una forma u otra a favor de la paz se vienen repitiendo desde el principio de la guerra, y hasta el momento no han dado ningún fruto. Esto ha contribuido al aislamiento y a que arrecien las críticas contra él. Empezaron en el seno de las iglesias ortodoxas ucranianas, tanto la autocéfala como la dependiente de Moscú. En esta, cientos de sacerdotes y algunos obispos dejaron de nombrarle en la liturgia. Según la Iglesia autocéfala, se han producido ya 150 solicitudes de adhesión de comunidades hasta ahora vinculadas a Moscú.

También se han alzado voces pidiendo la expulsión de la Iglesia ortodoxa rusa del Consejo Mundial de las Iglesias. El lunes, su secretario general, Ioan Sauca, afirmó que a pesar de que esta entidad ha criticado abiertamente el apoyo de Cirilo a la agresión rusa, «como seguidores de Cristo se nos ha encomendado el ministerio de la reconciliación». Aseguró que «sería muy fácil usar el lenguaje de los políticos pero estamos llamados a usar el lenguaje de nuestra fe. Es fácil excluir, excomulgar, demonizar; pero estamos llamados a usar una plataforma libre y segura de encuentro y diálogo» incluso si hay diferencias.

En las últimas semanas, las críticas también han llegado del ámbito secular. El 7 de abril, el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre «el aumento de la represión en Rusia». En el punto 6 del texto, se afirmaba que el Europarlamento «condena el papel del patriarca Cirilo de Moscú, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, por dar justificación teológica a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania». Al mismo tiempo, se elogiaba «la valentía de los 300 sacerdotes de la Iglesia ortodoxa rusa que firmaron una carta» de condena.