Francisco: «La tarea del confesor es perdonar, no torturar»
«Sean misericordiosos, sean grandes perdonadores, eso es lo que la Iglesia quiere que sean», ha dicho el Papa Francisco al Pontificio Instituto Teutónico de Santa María dell’Anima
El Santo Padre recibió este jueves a la comunidad del Pontificio Instituto Teutónico de Santa María dell’Anima, en Roma, con motivo del 500 aniversario de la elección de Adriano VI, el penúltimo Papa del mundo germánico, sepultado en la Iglesia de del colegio.
Recordando su breve pontificado, que duró poco más de un año, y durante el cual buscó, sobre todo, reconciliar a Lutero y a sus seguidores con la Iglesia, y pidió expresamente perdón por los pecados de los prelados de la Curia romana. Francisco también recordó cómo su predecesor se esforzó por alcanzar un acuerdo entre las dos potencias vecinas, el rey Francisco I de Francia y el emperador Carlos V de Augsburgo, para que juntos pudieran frenar al ejército otomano.
Con esta conmemoración el Santo Padre auspició a los miembros de la comunidad del Instituto Teutónico exhortándoles a seguir sus pasos especialmente en su condición de ministros del sacramento de la Penitencia.
«Esto es importante: la tarea del confesor es perdonar, no torturar. Sean misericordiosos, sean grandes perdonadores, eso es lo que la Iglesia quiere que sean», dijo el Papa.
Esto significa, según Francisco, «dedicar tiempo a escuchar las confesiones, y hacerlo bien, con amor, con sabiduría, con mucha misericordia». Pero no sólo eso, pues «este ministerio implica también la predicación, la catequesis, el acompañamiento espiritual; y requiere, ante todo el testimonio. Para ser un buen servidor del perdón de Cristo, el sacerdote debe saber perdonar a los demás; debe ser misericordioso en sus relaciones, ser un hombre de paz, de comunión», concluyó Francisco.