Resistencia, legítima defensa, derecho humanitario, injerencia humanitaria, guerra total o disuasión son algunos de los conceptos que la guerra desatada por Rusia en Ucrania ha puesto de nuevo sobre la mesa. Sin embargo, muy poco se ha hablado de estas cuestiones últimas en los medios de comunicación españoles. La doctrina social de la Iglesia ha desarrollada ampliamente estas cuestiones. El magisterio de Benedicto XV, Pío XII, Juan XXIII, el Concilio Vaticano II y Juan Pablo II aporta un bagaje doctrinal que no nos vendría nada mal desempolvar. Es verdad que nuestra sociedad se resiste a enfrentarse a las cuestiones últimas, pero la incapacidad por mirar de frente los dilemas no nos exime del deber de hacerlo.
Se dice, y así es, que la doctrina sobre la guerra experimenta un giro doctrinal plasmado en la Gaudium et spes y condensado en el concepto de guerra total. La disuasión, estrategia de control que aparece vinculada a la carrera de armamentos propia de la Guerra Fría, es otras de esas cuestiones nuevas que el Concilio abordó y a la que Juan XXIII tuvo que enfrentarse durante la crisis de los misiles de 1962. Ambas cuestiones están hoy sobre la mesa. Pero también lo están el deber de no humillar internacionalmente a los pueblos, como recordó Benedicto XV (Allorché fummo, 1915, y Quod iam diu, 1918), el deber de dotar a las sociedades nacional e internacional de normas y estructuras que fomenten las relaciones de amistad entre los pueblos, como escribió tantas veces Pío XII (In questo giorno, 1939; Grazie, 1940, y Nell’Alba, 1941), y la doctrina sobre la prevalencia del ius gentium o derecho de gentes sobre el que tantas veces escribió Juan Pablo II (discurso al cuerpo diplomático, 1997, y mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 2004). Decía el profesor Truyol y Serra que la DSI había contribuido enormemente a la evolución del derecho internacional clásico al fomentar el paso de la justicia conmutativa a la justicia social a través del concepto de bien común universal. La cuestión excede con mucho lo que puede decirse en estas líneas. Sirvan para animar a profundizar en una tradición que es capaz de inspirar proyectos de paz, aplacar la venganza y preservar al mundo de una guerra total.