Un año pasa enseguida
Dentro de 339 días, dos millones de jóvenes llenarán las calles de Madrid de colorido, de música, de alegría… Traerán también sus inquietudes y sus aspiraciones, en busca de una respuesta: Cristo. Dos millones de jóvenes que revolucionarán, para bien, la vida de nuestras familias y parroquias, y rezarán en nuestras plazas y calles. Cada uno de los 339 días que quedan hasta entonces será un reto: prepararse para que la JMJ les ayude a volver a casa Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe
«Espero veros, nuevamente, en tres años. La JMJ 2011 tendrá lugar en Madrid, España». El anuncio de Benedicto XVI al clausurar la Jornada Mundial de la Juventud de Sídney, en 2008, volvió a resonar la semana pasada, en el Mensaje que el Papa ha hecho público para la JMJ de Madrid: «Con profunda alegría, os espero a cada uno personalmente. Cristo quiere afianzaros en la fe por medio de la Iglesia». Por su experiencia de joven, que recuerda en el texto, el Papa es consciente de que todos los jóvenes sienten «el anhelo de lo que es realmente grande». Sin embargo, se enfrentan a una sociedad, especialmente en la Vieja Europa, en la que triunfa «una especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo». En una situación parecida se encontraban los cristianos de Colosas, a los que san Pablo pidió que estuvieran Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe, como reza el lema de la Jornada. El Papa profundiza en él, subrayando que «es Cristo mismo quien toma la iniciativa de arraigar, edificar y hacer firmes a los creyentes».
El Mensaje del Papa ha llegado «muy a tiempo», y «enriquece mucho nuestras propuestas y nuestra forma de preparar el curso», explica el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, en una entrevista a este semanario. En ella, subraya que, a lo largo de una JMJ, «hay muchísimas ocasiones para que ese gran encuentro que la Jornada posibilita sacramentalmente se transforme también en una experiencia personal directa» de la que «sacar jugo espiritual y humano». Esos días «van a ser ciertamente una fuente de gracia y un don especialísimo del Espíritu Santo».
«A lo largo de este año, preparaos intensamente para la cita de Madrid -invita el Papa al final de su Mensaje-. La calidad de nuestro encuentro dependerá, sobre todo, de la preparación espiritual, de la oración, de la escucha en común de la Palabra de Dios y del apoyo recíproco». Madrid y toda España ya están respondiendo a esta llamada.