Basílica de San Martín de Mondoñedo: la catedral más antigua de España
La basílica de San Martín de Mondoñedo, en la localidad lucense de Foz, se conserva intacta desde el siglo XII
La basílica de San Martín de Mondoñedo, situada en el municipio lucense de Foz, está considerada como la catedral conservada más antigua de España. De estilo románico, «no tiene modificación en planta ni alzado, y su característica principal es la arquitectura lombarda en la cabecera, coetánea a la catedral de Santiago de Compostela», explica Silvia Blanch, guía del templo. Esta contemporaneidad es motivo de orgullo, ya que «desde Compostela todos los templos intentan imitarla» menos San Martiño, levantado a la vez.
La historia de esta sede comenzó en el siglo VI, cuando un grupo de cristianos llegó hasta Bretoña huyendo de los anglosajones. Allí fundaron un obispado que llegó a tener gran influencia, participando regularmente en los concilios de Toledo. Pero, a mediados del siglo IX, el ataque de los vikingos hizo que la sede se trasladase a lo que después sería San Martín de Mondoñedo, lugar ofrecido por el rey Alfonso III para fundar un monasterio y con sede episcopal doble, la de los huidos de Bretoña, y el obispado de Dumio, que también tuvo que abandonar su sede a causa de la conquista musulmana.
El primer obispo en San Martín fue Sabarico, y luego pasarían otros 14 por la sede, entre ellos el popular san Gonzalo –llamado santo aunque no está canonizado–, cuya tumba se conserva dentro del templo. Una de las leyendas más populares en torno a él cuenta que salió en peregrinación para ver dónde iban a atracar los barcos normandos para atacar aquellas tierras. Portaba una cruz votiva e iba arrodillándose en la tierra en su oración. «Pues bien, cada vez que se arrodillaba, se hundía una nave. Solo quedaron tres en pie», explica Blanch. En el museo del templo pueden encontrarse dos reproducciones exactas de reliquias de san Gonzalo: su báculo, con cabeza de animal y el fruto en la boca, «que simboliza que él cargaba con el pecado para que la gente no volviese a pecar», y el anillo, del siglo IV, con una inscripción latina que dice que «no quiero ser regalado ni vendido». Al lado de la basílica está también la fuente de A Zapata, donde, según la leyenda, el obispo Gonzalo tiró una zapatilla y brotó una fuente en medio de una fuerte sequía.
En el año 1112 la reina Urraca mandó trasladar la sede episcopal a Vilamaior do Val de Brea, la actual Mondoñedo, aunque «no se hace efectivo hasta 1117 y, además, allí no habría catedral hasta el siglo XIII, por lo que se necesita una, la de San Martín», que se termina con cierta agilidad –en 1132–, por lo que se eliminan varios elementos y se utilizan materiales más sencillos, «como madera en la cubierta de las naves en lugar de piedra». Además de ser sede temporal, a San Martín fueron a retirarse durante siglos los obispos de Mondoñedo, aunque ya no se conserva el monasterio.
De todos los atractivos arquitectónicos y artísticos de este templo, que fue declarado como bien de interés cultural en 1931 y cuyo título de basílica menor data del año 2006, Blanch destaca los frescos románicos del primer tercio del siglo XII, lo más antiguos de Galicia. Además, «tenemos gran cantidad de canecillos románicos; algunos con músicos, otros con cabezas de animales, algunos eróticos, y también hay capiteles historiados, con escenas como la parábola del rico Epulón y Lázaro, o el banquete de Herodes con Salomé entregando la cabeza de Juan».
La basílica de San Martín de Mondoñedo, en Foz, tiene un centro de interpretación que se compagina con la actividad de la iglesia como templo parroquial. Han llegado a tener 30.000 visitas al año, aunque la COVID-19 las redujo al mínimo, y aunque no esté dentro del Camino de Santiago –que pasa por Mondoñedo–, sí que está en el nuevo Camino del Mar, reconocido este año como ruta oficial para llegar a Compostela.