Llamados a ser amigos de los migrantes
Madrid celebra la Jornada Social Diocesana coincidiendo con la V Jornada Mundial de los Pobres y concretando su lema, A los pobres los tenéis siempre con vosotros, en los migrantes
El Seminario Conciliar de Madrid acogió el pasado fin de semana la XI Jornada Social Diocesana, un encuentro en el que sobrevolaron dos cuestiones centrales, tal y como explica Rufino García, delegado episcopal de Movilidad Humana. La primera, un abordaje del lema A los pobres los tenéis siempre con vosotros no como una mera constatación de un hecho, «sino como una llamada a la hospitalidad». Y junto a ella, la idea de que en la acogida «no existe un tú y un nosotros», sino un «nosotros cada vez más grande» en el que «todos estamos implicados: las administraciones, la Iglesia y cada persona», invitada a construir ese nosotros desde el acompañamiento en lo cotidiano. Esto conlleva unos desafíos que desgranó el director del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal, Xabier Gómez, OP: los menores, la trata de personas, la «necesaria» reforma de la Ley de Extranjería, la actividad de las mafias en las zonas fronterizas de los países y la «necesidad de fomentar sociedades más justas que no obliguen a las personas a emigrar por hambre, guerras o deterioro medioambiental». Porque «junto al derecho a emigrar, existe también el derecho a no emigrar».
Gómez hizo especial hincapié en «la forma de mirar al otro», y contrapuso las miradas displicentes con las inclusivas, «a los ojos», a la vez que enmarcó toda su intervención en el fomento de la cultura del encuentro, de la que tanto habla el Papa Francisco, que «nos enriquece a todos». Precisamente en esta línea había convocado la jornada el vicario para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación, José Luis Segovia, al asegurar que la pobreza «reclama de nosotros algo que Jesús fue capaz de regalar»: su amistad. «Ser amigos de los pobres, permanecer siempre a su lado, ponernos a tiro de su propio cariño y hacerlos amigos de Jesús constituye sin duda nuestro gran desafío».
Los rostros de la acogida
La acogida tiene en Madrid muchos rostros, y así quedó patente mediante una mesa de experiencias en el que participaron entidades que lo hacen «desde la sencillez y la buena disposición», sin necesidad de grandes estructuras. Fueron El Abrazo de Damieta, asociación que ofrece a exmenas vivir en familias como trampolín para lanzarse al mundo; la parroquia San Alfonso María de Ligorio y su experiencia de acogida como espacio de la Mesa por la Hospitalidad; la Casa Vedruna Antonio Machado, que atiende a migrantes subsaharianos en un ambiente de familia y en colaboración con el Servicio Capuchino para el Desarrollo (Sercade), y el proyecto de religiosas de los Sagrados Corazones para acoger a mujeres en situación de necesidad.
En la jornada se presentó también la realidad de los migrantes recogida en el último informe Foessa. «Parece cierto que España en su conjunto no es racista –subraya el delegado–, pero puede ir habiendo cierto caldo de cultivo abonado con el discurso del “nos quitan lo nuestro”». De ahí la importancia de «no rehuir esto» para evitar estallidos xenófobos.