Religiones unidas por la paz
El Papa y la canciller alemana, Angela Merkel, participan este jueves en un encuentro por la paz y el diálogo entre las religiones en el Coliseo de Roma
El comercio mundial de armas dejó de crecer por primera vez desde 2005. Según las estimaciones del Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (Sipri), publicadas en marzo, en los últimos cinco años se compró menos armamento que en el lustro precedente. En concreto, un 0,5 % menos. Aun así, las ganancias de la venta de estos instrumentos de la muerte siguen siendo millonarias: superaron los 75.000 millones de euros en los últimos años. Un negocio redondo que retrasa el silencio de las guerras y perpetúa las víctimas inocentes. Por eso, año tras año desde hace tres décadas y media, la Comunidad de Sant’Egidio organiza un encuentro por la paz y el diálogo entre las religiones en Italia. Este año el encuentro internacional se celebra delante del Coliseo de Roma con el título Pueblos hermanos, tierra futura. Religiones y culturas en diálogo. El año pasado, el lema fue Nadie se salva solo, y se desarrolló en la céntrica plaza que alberga el Ayuntamiento.
El Papa Francisco asistirá a las 17:00 horas a la oración ecuménica de los cristianos, antes de unirse al encuentro con los líderes de las demás confesiones del mundo como Karekin II, el patriarca actual de la Iglesia apostólica armenia; Ahmed Muhammad Ahmed al Tayeb, actual gran imán de Al Azhar y rector de la Universidad de Al Azhar; Bartolomé I, patriarca de Constantinopla; Pinchas Goldschmidt, presidente de los rabinos europeos; Shoten Minegishi, representante oficial del budismo japonés Soto Zen, o Lakshmi Vyas, presidenta del Fórum Europeo Hindú. La ceremonia de este jueves dará comienzo con los discursos del fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, Andrea Riccardi, y de la canciller alemana, Angela Merkel. Está previsto que al final del acto se firme un mensaje por la paz y se guarde un minuto de silencio por las víctimas de la barbarie bélica contemporánea.
«No se trata solo de escuchar la sed de paz proveniente de muchos países en guerra, sino también de animar a quienes trabajan por la paz en todo el mundo, para lograr superar juntos la guerra», asegura el presidente de la Comunidad de Sant’Egidio, Marco Impagliazzo. El objetivo de esta edición es mirar juntos «al mundo que está saliendo de la pandemia». «Es necesario que los líderes de las religiones escuchen el grito de los últimos para entender cuál es realmente la situación del planeta. Los temas de la fraternidad universal y del cuidado del medio ambiente emergen claramente como preocupación común de todas las religiones y, al mismo tiempo, como camino para salir de la pandemia», incide. Para Impagliazzo la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN de Afganistán a mediados de agosto demuestra que los conflictos armados son «un instrumento obsoleto para superar las crisis». La única alternativa a la injusticia de la guerra es la amistad social y la cultura del encuentro.
De forma paralela, se han organizado estos días en la capital italiana debates y conferencias dedicados al diálogo, la paz, el medio ambiente y las jóvenes generaciones, en los que participan, entre otros, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby; la ministra del Interior italiana, Luciana Lamorgese; el consejero especial del secretario general de la ONU, Jeffrey Sachs; la ministra de Exteriores de Tanzania, Liberata Mulamula, o la negociadora del fin del conflicto en Uganda, Betty Oyella Bigombe.
El 27 de octubre de 1986, Juan Pablo II celebró la primera Jornada Mundial de Oración por la Paz en la ciudad italiana de Asís, cuna de san Francisco. El mundo corría entonces un riesgo de holocausto nuclear inminente, y los representantes de las doce principales religiones del planeta se reunieron en un encuentro que pasó a la historia. Entre ellos estaban el Dalai Lama o el arzobispo de Canterbury. Rezaron y ayunaron juntos para pedir la paz en toda el planeta, y condenaron el fanatismo en nombre de las religiones.