Dolores y Angustias son dos hermanas que viven en un pueblecito. Tienen una vida tranquila y llena de confortables rutinas: ven la telenovela a la misma hora, todos los domingos van a Misa de once y después al cementerio a ver a sus padres… Se quieren mucho, saben que harían cualquier cosa por la otra y su rutina está llena de pequeños gestos de cariño hacia la otra hermana. Angustias es muy casera, conservadora y no le gusta el cambio. Dolo, en cambio, prefiere salir algunas noches de fiesta y conocer gente; mejor si son hombres.
Una de esas noches, Dolo lleva a casa al Potro Estrella, el boxeador de la zona. Angustias se los encuentra en la cocina y, un poco alterada, se va a dormir. A la mañana siguiente le prepara su especialidad, un batido muy rico con limón y miel, y se muestra acogedora con él. A partir de ese momento, el Potro entra en la vida de las dos hermanas de una forma arrolladora. En poco tiempo se traslada a vivir con Dolo, y Angustias se encuentra con que tiene que convivir con un saco de boxeo colgado del techo del salón y un inquilino ruidoso y alegre. La inquebrantable rutina de las hermanas Rivas empieza a agrietarse y empiezan a surgir tensiones entre ellas.
Sin embargo, una noche, tras llevarse un susto importante con un hombre, Angustias vuelve a casa muy alterada y el Potro se vuelca en sus cuidados. Dolo entiende que entre ellos dos puede haber algo más que amistad, y se encuentra en una disyuntiva: quiere al Potro y quiere a su hermana. ¿De qué forma puede combinarse todo esto? Y entonces llega a una loca conclusión…
En este convulso siglo XXI, muchas veces nos encontramos con que las palabras y las relaciones pueden retorcerse hasta que nos den lo que queremos, sea o no verdadero, y Dolo decide que ella puede retorcer una situación hasta el extremo, para no perder nada por el camino. El problema es que los corazones nunca fueron hechos para dividirse, y las hermanas, a la larga, comprenden que esa solución aparentemente constructiva está matando todo lo que tenían. Así que, una noche, entre las dos acuerdan retorcer un poco más el problema y acabar con el origen de sus males.
Las hermanas Rivas no es una tragedia ni una comedia. Es una mezcla de ambas, pero llevada con mucha frescura y costumbrismo. Angustias trocea carne cruda delante de los espectadores cuando está cocinando y además prepara batidos de verdad que el Potro Estrella se bebe en directo. El realismo prima en todo momento, y cuando las hermanas están viendo la telenovela, tienes ganas de sentarte entre ambas para verla con ellas. Dolo, interpretada por Esther Ortega, es entrañable, alocada y sencilla (todos tenemos una amiga como Dolo) y Angustias es dulce, un poco mosquita muerta y muy atenta (todos tenemos otra amiga así).
Y con tus amigas interpretadas tan bien, ¿cómo no vas a disfrutar con esa fotografía sin maquillar de la realidad, tan trágica y tan cómica?
★★★☆☆
Calle San Cosme y San Damián, 3
Callao, Tribunal
OBRA FINALIZADA