José María Albalad: «La Iglesia ayuda a quien lo necesita sin pedir el carné de católico»
Se convierte en el director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia cuando la institución ha recaudado su máximo histórico en el IRPF y en plena crisis por la pandemia
¿Cómo acaba el director de la Oficina de Comunicación de la Iglesia en Aragón en el Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia?
Ha sido algo inesperado y providente. ¿Por qué yo? Solo Dios sabe. Me ilusiona desarrollar los talentos recibidos. Asumo el reto con vocación de servicio, como una tarea más que la Iglesia me encarga. Es un honor poder servir a una institución que anuncia la Buena Noticia y ayuda a construir una sociedad más humana, justa y fraterna, con una actividad que no he visto en otro lugar. Son más de cuatro millones de personas atendidas en un solo año…
¿Asusta llegar al secretariado después de que la Iglesia haya recaudado su máximo histórico en el IRPF?
El nombramiento lo he recibido con inmensa gratitud a los obispos, muy consciente de la responsabilidad que conlleva dirigir el Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia en un momento de especial trascendencia como el actual, por las consecuencias económicas y sociales derivadas de la pandemia. El gran reto es que la imagen pública de la institución se ajuste lo máximo posible a la realidad de su quehacer y que, de esta manera, todavía más gente, al margen de sus creencias, se anime a colaborar. Porque, hoy más que nunca, la Iglesia necesita la colaboración de todos para lograr un mundo mejor.
Desde 2016, los datos crecen todos los años. ¿Qué le sugiere esto?
La tendencia positiva que subrayas refleja, sin duda, el buen trabajo que se ha venido realizando tanto en la CEE como en las diócesis españolas, dando visibilidad a la inmensa labor espiritual, pastoral, social y cultural que la Iglesia ofrece. ¿Qué pasaría si las parroquias cerraran un día sus puertas? La gente se ha dado cuenta de dónde acuden las personas cuando más lo necesitan y dónde se ven las colas del hambre… No puedo dejar de agradecer a todas las personas que han colaborado. Sin la generosidad de tantas personas, la Iglesia no habría podido responder al tsunami de necesidades que ha desatado la pandemia.
¿Cómo ha afectado la pandemia a las cuentas de la Iglesia?
Por un lado, la pandemia ha provocado un descenso generalizado de las colectas. Como dato aproximado, podríamos decir que han caído un tercio de media. Pero, por otro lado y de manera simultánea, las necesidades se han multiplicado: la Iglesia española está siendo el hospital de campaña del que habla el Papa. Está las 24 horas del día junto a quienes más lo necesitan. Sin pedir a nadie el carné de católico, simplemente ofreciendo comida, acompañamiento, etcétera.
Hay quien pide recurrentemente quitar la casilla de la Iglesia en el IRPF. ¿Qué opina? ¿Lo contempla la Iglesia?
La Iglesia no tiene ninguna asignación en los Presupuestos Generales del Estado: recibe el 0,7 % de los impuestos de aquellos que marcan la casilla correspondiente en la declaración de la renta. En este sentido, la X forma parte de la propuesta de autofinanciación de la Iglesia, ya que la ciudadanía elige marcarla (o no) en un ejercicio libre, voluntario y responsable. Se trata de un tema muy sensible que exige respeto a los acuerdos, diálogo y una gran altura de miras. Aunque la institución está haciendo un trabajo ejemplar de transparencia y rendición de cuentas, todavía hay muchos mitos y desinformaciones sobre la financiación de la Iglesia.
¿Cómo la del pago del IBI?
Con la Ley de Mecenazgo, aprobada en el año 2002, la Iglesia queda equiparada al resto de entidades del sector no lucrativo: fundaciones, ONG, etc. No queremos privilegios, pero tampoco discriminaciones.
- Nació en Zaragoza en 1989 Está casado y es padre de dos hijas
- Es doctor en Comunicación y autor del libro Periodismo Slow
- Cuenta con un Máster Oficial en Dirección y Administración de Empresas (MBA). Especialista en Finanzas Corporativas
- Ha sido visiting scholar en la New York University (EE. UU.) y en la Pontificia Universidad de la Santa Croce (Italia)