Omella: del Sínodo no deben salir «decisiones mediáticas» sino «una nueva sensibilidad»
El arzobispo de Barcelona ha presentado en Roma, este miércoles, la traducción italiana del libro Francisco, pastor y teólogo
«No se puede entender ninguna teología si esta no incide en la realidad, si no tiene una propuesta de pastoralidad». Y, al mismo tiempo, «una pastoral es significativa» solo «cuando es sostenida de una teología bien estructurada». El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, ha apostado este miércoles por superar así la falsa disyuntiva entre teología y pastoral, que lleva a algunas a mostrar un cierto desprecio hacia el Papa Francisco por considerarlo interesado solo por lo segundo.
Lo ha hecho en la presentación de la edición en italiano del libro Francisco, pastor y teólogo, que recoge las actas del congreso con el mismo título organizado en noviembre de 2019 en el Ateneo Universitario Sant Pacià, de la archidiócesis de Barcelona. Una cita en la que se reforzó «la certeza de que el Papa Francisco es un gran observador. Sabe escuchar y mira a todo y todos», con una «finísima» capacidad de leer la realidad, consciente de que es necesario «poner en relación» con ella «los datos teológicos y las propuestas pastorales».
Le mueve, ha subrayado el arzobispo de Barcelona, el deseo de «llevar a la meta una nueva etapa de evangelización» en una época «marcada por el cambio». En este sentido, el cardenal ha subrayado que el próximo Sínodo de los Obispos «debe ser un ejercicio de escucha atenta, de observación precisa y de propuesta concreta que se aleje de las teorizaciones». La cita, centrada en el tema Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión, no debe buscar llegar a «decisiones mediáticas sino a la consolidación de una nueva sensibilidad» que permee «todo el cuerpo eclesial».
Teología desde las periferias
En la presentación de la obra, editada en Italia por la Libreria Editrice Vaticana, ha intervenido también Aurelio García Macías, subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Insistiendo en la unidad de teología y pastoral, ha subrayado que «los buenos teólogos son cercanos al pueblo porque son deudores de su sensus fidei».
Su intervención se ha centrado en las claves desde las que Francisco aborda la teología y la pastoral. «El tema central, el principio hermenéutico de su pontificado», es la misericordia. «Quiere que se haga teología desde las periferias geográficas y existenciales. Esta teología implica una pastoral de la misericordia» frente a la cultura del descarte y a la globalización de la indiferencia.
Por eso, propone la «cercanía y amistad con los pobres», no como «estrategia», sino porque los considera «el prójimo más cercano». Y, como fruto de esta misericordia, nace la alegría. Otras claves son entender la Iglesia como «pueblo santo y fiel de Dios», que «es el protagonista de la misión, el sujeto de la responsabilidad de anunciar el Evangelio» como un «esfuerzo cotidiano» de todos. Y, por último, la llamada al diálogo.
Una decisión profética
Armand Puig, rector del Ateneo Sant Pacià de Barcelona y como tal responsable de la organización del congreso, ha apuntado que el Santo Padre «no es un líder social sino un pastor que mira el mundo con la compasión que Jesús mira el rebaño» de ovejas indefensas y «quiere que tengan vida y la tengan en abundancia». «Ha puesto la compasión en el centro de sus palabras y gestos, y esto es una decisión profética» porque nos recuerda «las columnas del cristianismo, que se leen en el Evangelio». Además, «es pastor de todos, no solo de las ovejas del rebaño católico. Para él, el rebaño no tiene fronteras, se amplía hasta todos los hombres y mujeres de buena voluntad, como decía san Juan XXIII».
Sobre la necesidad de unir teología y pastoral, ha subrayado que «quiero que todos los pastores sean teólogos». Entendiendo teólogo como alguien «que tiene pasión por el Logos de Dios», que «nos ama hasta encarnarse en nuestra humanidad».
En la presentación ha intervenido también Daniel Palau, coordinador del libro. Lo ha calificado como una obra sinfónica, pero al mismo tiempo ha subrayado que debe llegar a todos. Por ello, durante el congreso de 2019 se celebraron algunos encuentros en parroquias de Barcelona, Tarrasa y Sant Feliu de Llobregat. No se trataba, ha matizado, de «simplificar la sinfonía, sino de acercar al pueblo a la sinfonía, para que la escuchase y la conociese».