Se reanuda la cooperación entre el Vaticano y Estados Unidos ante los problemas globales
El Papa Francisco ha recibido este lunes al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken
El Papa Francisco ha recibido este lunes en audiencia al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken. Un encuentro que, según el vaticanista y corresponsal de ABC, Juan Vicente Boo, «restablece la normalidad de las relaciones de Estados Unidos con el Vaticano». Este cambio de rumbo con respecto al Gobierno de Trump se confirmará el próximo mes de octubre con la visita del presidente Joe Biden.
Este camino, según Boo, se inició el pasado mes de mayo, cuando el representante especial de Biden para el problema del cambio climático, John Kerry, se reunión con Francisco para preparar la Cumbre del Clima de Glasgow. Cabe recordar que tanto el presidente de Estados Unidos como el Papa desean intervenir en el citado evento.
El comunicado vaticano ha señalado que la audiencia, que hay durado unos 40 minutos, «se ha desarrollado en un clima cordial y ha permitido al Papa recordar su viaje de 2015 y manifestar su afecto y su atención al pueblo de los Estados Unidos».
Tras visitar la Capilla Sixtina y mantener el encuentro con el Papa, Blinken se ha entrevistado con el responsable de Exteriores del Vaticano, el arzobispo Paul Gallagher, para abordar cuestiones como el medio ambiente, la universalización de la vacuna frente a la COVID-19 o la lucha contra el tráfico de personas. Temas, todos ellos, en los que hay coincidencias.
Entre las diferencias, según Boo, se encuentra la postura del Vaticano sobre China. Estados Unidos quiere que se sume a las críticas al país asiático por sus violaciones de los derechos humanos, mientras que el jefe de la diplomacia vaticana recuerda que las críticas de los Papas suelen empeorar el tratamiento de los cristianos.
«Tampoco pueden hacer mucho ni Blinken ni el Vaticano –continúa el vaticanista de ABC– respecto a la campaña iniciada por un núcleo duro de obispos conservadores norteamericanos para debatir en público el dar o no la comunión al presidente Biden y a otros políticos. El Papa se opone vigorosamente a la politización de la Eucaristía, pero la carta del prefecto de la Doctrina de la Fe a los obispos norteamericanos ha sido desoída».
Otro asunto de interés para ambas delegaciones ha sido la situación en Tierra Santa y Oriente Medio, sobre todo en lo que se refiere a la solución de dos Estados para Israel y Palestina, el bloqueo en Líbano o la realidad de Siria e Irán.
Tras el encuentro con Blinken, el Papa Francisco ha recibido a una representación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla encabezada por el metropolita Emmanuel de Calcedonia, justo en la víspera de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo. Una ocasión que el Papa Francisco ha aprovechado para reclamar un nuevo impulso al camino común entre los cristianos «para abatir viejos prejuicios y superar definitivamente rivalidades dañinas».
El Pontífice ha señalado, además, que el testimonio creciente de la comunión entre los cristianos es «un signo de esperanza para muchos hombres y mujeres, que se sentirán animados a promover una fraternidad más universal y una reconciliación capaz de remediar los males del pasado».
Durante su discurso, también se ha referido a la crisis de la COVID-19, que ha definido como «lección de humildad», así como a las «injusticias planetarias, el clamor de los pobres y la precaria salud de nuestro planeta».