«Se muestra una Iglesia alegre y viva»
Miles de peregrinos comienzan a llegar a los aeropuertos brasileños. Se alojan con familias y en parroquias. Todavía falta una semana para los actos centrales de la JMJ, pero en Río y en las ciudades cercanas se respira ya un ambiente de intensa comunión
Las localidades cercanas a Río de Janeiro han comenzado a llenarse de peregrinos. Es el caso de la ciudad de Santos, situada en el litoral de San Pablo, donde se espera a 300 peregrinos de diferentes países, como Chile, Guatemala o El Salvador.
Joao Paulo Figueiredo es un joven brasileño de 19 años, estudiante de Periodismo, que, junto con un grupo de voluntarios, espera en Santos a estos peregrinos, que en su mayoría harán escala en la ciudad sin pasar la noche, pero quieren acogerlos a todos con el mayor detalle durante el tiempo que pasen allí. Les han preparado comida, bebida, itinerarios por la ciudad… También compartirán con ellos la Eucaristía en una parroquia ubicada junto a la playa y disfrutarán de momentos de alegría y comunión. «Estamos muy ansiosos por acoger a jóvenes de otros países del mundo. Siempre hemos sido muy bien recibidos en las Jornadas a las que asistimos fuera de Brasil, y es muy importante para nosotros que tengamos amor para recibir a estos hermanos», dice Joao Paulo.
Estos jóvenes anfitriones también peregrinarán a Río para recibir al Santo Padre. «Tener al Papa en nuestro país es como tener al proprio Cristo en nuestra casa. Es una felicidad inexplicable, una dulzura», dice Joao Paulo. Además, «tener tantos jóvenes aquí es una ayuda para mostrar que la Iglesia católica está llena de vida y alegría. En esos jóvenes que tienen la misma mentalidad que yo, puedo ver el amor de Dios por mí, y eso es una respuesta para todas mis dudas en relación a la vida y la muerte. Tener el Papa y a los jóvenes aquí va a alimentar mi espíritu, para después soportar las tribulaciones del día a día, y en especial para luchar contra el demonio, que sí existe. Estoy muy animado por tener este encuentro y estoy seguro de que me voy a encontrar personalmente con Dios en esa Jornada».
Acogidos como hermanos
En Londrina, al norte del Estado de Paraná, serán acogidos más de 800 peregrinos de diferentes partes del mundo, entre ellos algunos españoles. Gerley Renato y Ana Paula son un joven matrimonio con 3 hijos que se encarga de organizar la acogida en la parroquia de Santa Isabel en Londrina. Ellos mismos están muy marcados por las Jornadas de la juventud, ya que se enamoraron durante la JMJ de París en 1997 y también participaron en Madrid 2011.
«Las peregrinaciones siempre han marcado mi vida y la de mi familia, y sé lo importante que son para los jóvenes y para todos los cristianos», recalca este padre de familia, Gerley Renato, de 37 años.
Este matrimonio, junto con más de 100 jóvenes de Londrina, peregrinará a Río después de terminar con su tarea de acogida. Ahora, preparan todos los detalles para los días previos.
«Estamos organizando la hospitalidad local, la comida, itinerarios de evangelización, visitas y celebraciones en la ciudad, para proporcionar momentos de comunión», asegura Gerley, que trabaja en un banco en Londrina y que subraya la disponibilidad que han tenido los católicos de esta ciudad, que esperan a los peregrinos, a los que no conocen personalmente todavía, pero con los que comparten la misma fe como «verdaderos hermanos en Cristo».