Los obispos ante el Día de Caridad: «Es tiempo de acompañar tanto sufrimiento»
Reconocen y agradecen la labor de de Cáritas y recuerdan que Eucaristía y caridad forman una unidad
Los obispos de la Subcomisión de Acción Caritativa y Social de la Conferencia Episcopal Española (CEE) han hecho público este jueves un mensaje de cara al Día de Caridad, que se celebra en la fiesta del Corpus Christi, en el que animan a los fieles a seguir atendiendo a las personas que más sufren en estos momentos, una entrega que encuentra fundamento en la Eucaristía.
Precisamente, recuerdan el vínculo estrecho entre la Eucaristía y la caridad. Y se preguntan cómo es posible vivir la Eucaristía sin estar cerca de aquellos más hambrientos. «En esta unión descubrimos la esencia de la dignidad humana que cobra sentido al enraizarse en el mismo Jesucristo», subrayan.
Y continúan: «Ante el Cuerpo de Cristo tomamos conciencia de que es tiempo de potenciar la capilaridad en los pueblos, barrios y ciudades para cuidar y acompañar tanto sufrimiento. Así nos exhorta el Papa Francisco: «Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo […] El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la «padece» y busca la promoción del hermano”».
Por otra parte, reconocen que, aunque la pandemia está dejando muchas vidas rotas y profundas heridas, hay signos de fraternidad que se manifiestan en la colaboración, la ayuda mutua o las redes comunitarias. También lo son los discípulos misioneros en Cáritas, a quienes los obispos agradecen su servicio. «Cáritas, con sus trabajadores y equipos de voluntarios, hace cada mañana que las fronteras y los muros se concreten en la dimensión universal de la caridad», escriben.
En este sentido, afirman que Dios «se hace carne y se presenta como compañero de viaje» precisamente a través de estos discípulos, pero también a través de los pobres y víctimas de esta crisis.
Finalmente, recalcan la importancia de la adoración ante la Eucaristía, pues a través de ella «nos adentramos en el dinamismo del gozo, la alegría y la esperanza que necesita nuestro mundo». «Una esperanza –continúan– que brota de la presencia de Cristo en el mundo y entre nosotros, de sus salidas a los caminos de este mundo sufriente por los estragos del coronavirus para convocar a todos a la alianza del Espíritu». Ejemplo de ello es santa Teresa de Calcuta, que «en la adoración del Santísimo encontraba la fuerza para la caridad».