Nuevo obispo de Hong Kong: «La libertad religiosa es un derecho básico»
El jesuita Stephen Chow Sau-yan, obispo electo de Hong Kong y hasta ahora superior de la provincia china de la Compañía de Jesús, ha asegurado que los jóvenes serán una de sus prioridades
El nuevo obispo electo de Hong Kong, el jesuita Stephen Chow Sau-yan, ha afirmado este martes que una vez sea ordenado el 4 de diciembre una de sus prioridades serán los jóvenes y el fortalecimiento de la relación de la Iglesia con ellos. En su primera rueda de prensa tras darse a conocer su nombramiento el lunes, Chow subrayó que las nuevas generaciones son uno de los grupos más olvidados de la sociedad.
«No tenemos que estar de acuerdo con ellos, pero tenemos que entenderlos y sentir con ellos». Esta empatía puede contribuir a «unirnos de nuevo», ha afirmado, en palabras recogidas por AsiaNews. El portal de noticias del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras interpreta estas declaraciones, que apuntan a un alejamiento de los jóvenes de la Iglesia, en el contexto del creciente control del Gobierno chino sobre la antigua colonia británica.
Aunque un número importante de opositores detenidos y condenados son católicos, la Iglesia no ha apoyado abiertamente las protestas contra la ley de seguridad nacional que entró en vigor el año pasado. En su seno, de hecho, conviven posturas favorables al movimiento democrático y otras más dialogantes con Pekín.
Decisión salomónica
La elección de Chow, hasta ahora superior de la provincia china de la Compañía de Jesús, se ha interpretado como una decisión salomónica. Representa una postura de equilibrio entre el obispo auxiliar Joseph Ha, franciscano y cercano al movimiento prodemocracia; y el padre Peter Choy, un académico al que se considera más cercano al régimen chino.
En la rueda de prensa de este martes, Chow se comprometió a seguir defendiendo la libertad religiosa en su diócesis. «Es un derecho básico», ha asegurado. Al preguntarle por la situación de los católicos en China, no quiso emplear la palabra «supresión» y mostró en cambio su esperanza de que se avance hacia una mayor comprensión y armonía en el futuro.
Sobre el derribo de cruces, ha respondido que no creía «inteligente» comentar cuestiones que «no termino de entender. No tengo suficiente información y conocimiento» y sería «temerario». Ha asegurado no tener miedo, pero ha añadido que «la prudencia también es una virtud».
En el pasado, el obispo electo ha participado en la conmemoración de la masacre de Tiananmen, el 4 de junio de 1989. Ante la incertidumbre sobre si las autoridades permitirán homenajes este año, ha apuntado a que «hay distintas formas de conmemorar». Y que igual que otros años «lo he hecho en el espacio público», quizá este año solo sería posible hacerlo desde la oración «por China y por todos los que murieron».
Comprometido con la educación
El nombramiento de Chow Sau-yan se produce después de dos años de sede vacante. Desde la muerte del obispo, Michael Yeung Ming-cheung en 2019, su predecesor, el cardenal John Tong Hon ha ejercido de administrador apostólico. Según sacerdotes locales citados por AsiaNews, Chow es un hombre tranquilo, «firme en la fe de la Iglesia y muy comprometido en el ámbito de la educación católica».
Nacido en Hong Kong en 1959, el obispo electo entró en la Compañía de Jesús en 1984 después de estudiar Psicología en Minnesota (Estados Unidos). Fue ordenado sacerdote en 1994. Desde 2007 es supervisor de los prestigiosos institutos Wah Yan de Kowloon y de Hong Kong, cargo que desde 2018 ha compatibilizado con el de superior de la provincia china de los Jesuitas.
La experiencia de Chow en el ámbito educativo resulta interesante, pues en Hong Kong existe el temor de que las autoridades utilicen la ley de seguridad nacional para inmiscuirse en el funcionamiento de los centros. La Iglesia tiene más de 300 en la antigua colonia británica, y durante las protestas de 2019 se subrayó su papel en la movilización de los jóvenes.
Una universidad paralizada
Hace ya diez años, en 2011, Chow estuvo detrás de un intento de poner en marcha una universidad católica en Hong Kong. Sin embargo, el Gobierno cambió el uso del terreno en el que estaba prevista y obligó a paralizar el proyecto. En 2016, según Hong Kong Free Press, en el instituto Wah Yan de Hong Kong se permitió a un grupo de estudiantes promover abiertamente la independencia respecto a China. También se eligió esa cuestión como tema para el debate anual entre profesores y alumnos.
Dos años después, el centro decidió renunciar a la financiación pública y pasar a cobrar cuotas a los alumnos. Según el South China Morning Post, esto le permitiría tener más autonomía. La decisión se tomó por unanimidad del Consejo de Educación Jesuita, presidido por Chow. El año pasado, con la ley de seguridad nacional ya en vigor, Chow afirmó en cambio que aunque se explicaría y discutiría su contenido de forma objetiva, no se iba a dar cabida a posturas como el apoyo a la independencia.
Por otro lado, Chow también ha alimentado relaciones de amistad con China. Durante la pandemia, por ejemplo, su provincia colaboró con los Jesuitas de Estados Unidos y Canadá para enviar ayuda médica y donativos a la provincia de Hubei, el epicentro de la pandemia.