Cerro y García Page reiteran al Papa la invitación a visitar España

El Papa Francisco ha recibido esta mañana en audiencia privada al arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, al que han acompañado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page y la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón. Un encuentro en el que los españoles han vuelto a poner encima de la mesa del Pontífice una invitación a visitar nuestro país, a lo que ha contestado que «hacían muy bien en pedírselo».

«Cuando le hemos invitado a venir a Toledo y a que peregrine a Guadalupe con ocasión del jubileo, ha respondido que si viene a España estará en Toledo», ha señalado Cerro tras el encuentro, que ha durado aproximadamente 40 minutos.

El arzobispo de Toledo ha explicado que Francisco conoce bien la realidad eclesial de Toledo, «nuestros seminarios, el número de sacerdotes que se están ordenando y la vitalidad de la archidiócesis». También que le preocupa la situación generada por la pandemia y sus repercusiones a todos los niveles: «El Papa tiene el corazón en Dios, pero los pies en el suelo y se ve que está absolutamente preocupado por esta situación. […] Sigue de cerca la situación en España y siempre en su línea: las periferias, los pobres, los que sufren…».

Por su parte, el presidente castellano-manchego ha reconocido que se ha hablado «muy globalmente de España y de la capacidad del país de haber cambiado tanto en 40 años», así como de que «hay demasiada radicalidad, más en el ámbito político», informa EFE.

Como ya había dicho Francisco Cerro, García Page ha apuntado que el Pontífice está «muy al tanto» de la realidad de España y «conoce cosas de las diferentes diócesis y muy bien al arzobispo de Toledo y al vicario general».

Con todo, el dirigente socialista ha alabado al Papa, de quien ha dicho que «tiene mucha sensibilidad para escuchar y para interesarse de los problemas». En su opinión, es la mayor autoridad moral del planeta: «Hay un respeto general a su figura por el liderazgo sereno que produce y por la capacidad de escuchar y empatizar con los problemas sociales, empezando con los más humildes, que es algo importantísimo, y con el conjunto de las prioridades que ha marcado la Iglesia, que son la paz y la concordia».