El duelo por la pérdida de un ser querido parece haberse convertido en uno de los temas más repetidos en el cine actual. La falta de respuestas ante la muerte que caracteriza nuestro tiempo se traduce en una mayor dificultad a la hora de afrontar la desaparición de la persona amada. Películas como 14 días y doce noches, Ghost story, Kauwboy, Sueño y silencio, Tan fuerte, tan cerca, Profesor Lazhar, Viaje al cuarto de una madre, In América, El mapa de los instantes perfectos, o series como MaPa, This is us… son solo algunos ejemplos.
Una nueva vida nos cuenta la historia de Bill (J. K. Simmons) y Wes (Josh Wiggins), un padre y un hijo que llevan un año tratando de superar la muerte de su esposa y madre. Bill no lo consigue y decide irse con su hijo a empezar una nueva vida lejos de su casa. Gracias a un amigo que dirige un colegio en el norte de California, padre e hijo se trasladan allí, donde Bill empieza a dar clase y Wes se inscribe como alumno. Ambos conocerán a sendas mujeres que les ayudarán en su camino. Bill se encontrará con la profesora de Francés del centro, Carine (Julie Delpy), y Wes con una taciturna compañera de clase Lacy (Odeya Rush).
La cinta plantea cómo las terapias y los medicamentos no son suficientes para afrontar el duelo de la pérdida, sino que son necesarias unas relaciones sanas que vuelvan a llenar de color una vida que se ha teñido de gris. Pero la relación y el acompañamiento son bidireccionales. Lacy tiene una vida familiar sin afecto y se defiende lesionándose. Carine lleva una vida solitaria y triste. Sus nuevos amigos les ayudarán a recuperar la alegría de vivir.
La cinta es muy clásica y algo convencional, pero es muy sincera en sus planteamientos, que se enriquecen con unas interpretaciones magníficas y unos personajes secundarios entrañables, como el director del colegio o el psicoterapeuta. Detrás de su romanticismo esconde el retrato de una sociedad herida, llena de costuras y ausencias sangrantes.
Kurt Voelker
Estados Unidos
2017
Comedia
+16 años