Un sacerdote es asesinado en Burkina Faso

El asesinato de un sacerdote en Burkina Faso, presuntamente a manos de yihadistas o de grupos armados relacionados con ellos, vuelve a llamar la atención sobre el problema de la violencia islamista en este país y en toda la región del Sahel. Las fuerzas de seguridad han localizado el cuerpo sin vida de Rodrigue Sanon, párroco de Nuestra Señora de la Paz en Soubaganyegougou, que había desaparecido el martes.

Fue el obispo de Banfora, Lucas Kalfa Sanou, el que dio la voz de alarma después de que Sanon no llegara el martes a una reunión de sacerdotes en la que se le esperaba. Su coche fue encontrado poco después en Toumousséni, en la carretera de Soubaganyegougou a Banfora, a 20 kilómetros de su destino.

Según fuentes locales citadas por Avvenire, el clérigo podría haber sido secuestrado por grupos armados locales cercanos a militantes islamistas. «En esta zona algunos criminales tienen línea directa con el yihadismo. Es posible que el padre Sanon haya sido secuestrado para vendérselo después a ellos, pero que luego lo hayan asesinado».

2019, año sangriento

No es el único sacerdote que ha sido víctima de la inestabilidad y violencia que se vive en Burkina Faso. Como recuerda Fides, desde marzo de 2019 no hay noticias del padre Joël Yougbaré, párroco de Djibo en la diócesis de Dori, en el norte de Burkina Faso, desaparecido de camino a la parroquia después de haber celebrado la Misa dominical en Bottogui.

El 12 de mayo del mismo año, en un ataque a la parroquia de Dablo, fueron asesinados Siméon Yampa y cinco fieles, mientras que el 13 de mayo se produjo un asalto contra una procesión mariana en Singa que terminó con la muerte de cuatro fieles y la destrucción de la estatua de la Virgen. El 15 de febrero de 2019, en un ataque a un puesto de control en Nohao, en la frontera con Ghana, fue asesinado el padre Antonio César Fernández Fernández, misionero salesiano español.