Los obispos centroafricanos denuncian «la parálisis impuesta por grupos armados» y sus aliados
Al finalizar su Asamblea Plenaria, la Conferencia Episcopal Centroafricana ha lamentado cómo «la división exacerbada de la clase política» deja al país «a merced de depredadores y mercenarios de todo tipo». Por ello pide diálogo «para encontrar una paz justa y duradera»
Los obispos de República Centroafricana han denunciado «el deterioro de la situación de seguridad» en el país y la «parálisis impuesta por los grupos armados de coalición y sus aliados políticos con el apoyo polifacético de sus padrinos y madrinas», informa La Croix Africa. Esta situación está generando de nuevo un «desplazamiento masivo de la población y la asfixia» por el cese de muchas actividades económicas, agrícolas y de transporte. Estas palabras se recogen en un mensaje difundido el domingo al finalizar el encuentro de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Centroafricana. De hecho, la inseguridad impidió a tres obispos, incluido el español Juan José Aguirre, participar en el encuentro.
La situaciónen el país es muy volátil desde el 19 de diciembre. Varios grupos armados formaron la Coalición de Patriotas por el Cambio (CPC) poco más de una semana antes de las elecciones presidenciales del día 27, en las que se ha proclamado vencedor provisional al presidente Faustin-Archange Touadéra. El 3 de enero tomaron la ciudad de Bangassou, de la que es pastor Aguirre y de donde, según Naciones Unidas, fueron expulsados el mismo domingo. El 13 de enero se produjeron enfrentamientos en la entrada norte de la capital, Bangui, donde se encontraban reunidos los obispos.
En su mensaje, los obispos destacan que detrás de la violencia se encuentra, en parte, «la división exacerbada de la clase política» y «la falta de patriotismo». Esto deja al país «a merced de depredadores y mercenarios de todo tipo», que obtienen sus armas y equipamiento gracias a fuerzas externas. El episcopado critica también las «cazas de brujas», que alimentan «el fantasma del tribalismo, amenazando la unidad nacional» y fragmentando el maltrecho tejido social.
Llamamiento al diálogo
La Conferencia Episcopal Centroafricana cree, sin embargo, que sigue habiendo una salida. Por ello pide un diálogo «sincero y franco, constructivo para encontrar una paz justa y duradera». «Es hora más que nunca de hacer uso del genio centroafricano a través de un trabajo honesto, organizado y valiente» para que los recursos del país beneficien a todos y permitan «el desarrollo socioeconómico de la nación».
Asimismo es urgente que el país cuente con una «diplomacia fuerte, constructiva y beneficiosa para ocupar un lugar respetado en el concierto de las naciones». Solo así podrá ejercer su «derecho soberano de elegir libremente a sus socios y de revisar, incluso poner fin, a los acuerdos» si estos hacen que su autonomía «se vea amenazada».