Los obispos de Venezuela piden «un cambio radical» que lleve nuevas elecciones
La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Venezolana convoca para el 2 de febrero una jornada de oración por la resolución de los conflictos del país
Los obispos de Venezuela han convocado para el 2 de febrero una Jornada Nacional de Oración para pedir que «podamos resolver nuestros conflictos de manera pacífica, en una sociedad donde nos reconozcamos unos a otros como hermanos» y el país sea fortalecido en la fe y la esperanza. Y, al concluir el lunes la CXV Asamblea Ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana, insistieron una vez más en la necesidad de «un cambio radical» en la dirección del país.
En una exhortación pastoral que lleva como significativo título Ante la gravísima situación del país, afirman que esta reforma pasa por «encontrar el camino legal y pacífico más expedito» hacia «una transición democrática» y, «cuanto antes», a unas elecciones presidenciales y parlamentarias «en condición de libertad e igualdad». El episcopado también pide que «se garantice la libertad de acción de las instancias sociales intermedias, permitiendo que las ONG puedan ayudar a aportar soluciones a los diversos problemas».
Las elecciones «no expresan el querer del pueblo»
Los obispos se muestran conscientes de que «estamos pidiéndole al Gobierno un acto de valentía» que requiere «entereza, racionalidad y sentimiento de amor al país». Pero «es preciso por el bien del pueblo, especialmente de los más pobres». Una nueva convocatoria electoral democrática es necesaria puesto que la votación del 6 de diciembre «no expresa el querer del pueblo, ni refleja el pluralismo social», tanto por su «escasa participación» como los resultados.
La nueva Asamblea Nacional salida de estas elecciones, asegura el documento, «carece de fundamento democrático». Su toma de posesión el 5 de enero en medio «de un revanchismo, de una descalificación hacía líderes de la oposición, de amedrentamientos y amenazas de persecución, no ayuda a resolver los problemas del pueblo ni crea la confianza para la recuperación del país».
«Nefastas consecuencias» del comunismo
En su análisis de la situación del país, la Conferencia Episcopal Venezolana afirma que los derechos humanos, recogidos en el artículo 6 de la Constitución, «han sido desconocidos por sus propios autores». Es asimismo «notorio cómo se ha deteriorado la calidad de vida, educación, salud, y servicios básicos».
La exhortación afirma que, en el ámbito económico, «padecemos una inflación indetenible y una devaluación que ha empobrecido a toda la población». Son las «nefastas consecuencias de un modelo económico, impuesto por un régimen y una ideología de corte comunista» que, mientras empobrece sobre todo «a los más débiles», permite que «un grupo minoritario» se vaya «enriqueciendo en detrimento de la mayoría de la población».
Como consecuencia, se sigue desarrollando un fuerte proceso migratorio. «Cuando los hijos de una nación deciden abandonar su país, es porque, asediados por la precariedad, han llegado a una situación límite en la que no les queda más camino que asumir el reto y el riesgo de enfrentar lo desconocido».
Una beatificación para refundar Venezuela
Otro tema abordado en profundidad por los obispos durante la Plenaria ha sido el pandemia de COVID-19 y sus consecuencias en Venezuela. En estos momentos de «turbulencia, desconcierto y desasosiego», juegan un «papel determinante» la «prudencia, la articulación de ideas y el cuidado de unos a otros». Los obispos lamentan que, cuando más necesario era, se ha evidenciado en muchos «la incapacidad de actuar conjuntamente». Sin embargo, en otros casos se han podido comprobar «grandes esfuerzos para manifestar la solidaridad, el servicio y la mutua preocupación a través del profesionalismo y la vivencia de la vocación cristiana a la santidad en la caridad».
Por último, el documento de la Conferencia Episcopal Venezolana hace referencia a la próxima celebración, en algún momento de 2021, de la beatificación del doctor José Gregorio Hernández. Este día, cuando llegue, no debe quedar como un simple «evento significativo», sino que debe ser «ocasión para el encuentro que ha de perdurar y que debe tener un claro objetivo: refundar a Venezuela con los principios de la nacionalidad inspirados en el Evangelio».