«No hay casos desesperados sino personas que no conocen el amor de Dios»
Raúl Eguia estuvo apunto de suicidarse, «pero experimenté la sanación del Señor». Ahora ha escrito Matteo, un libro sobre la Eucaristía que ha superado todas las expectativas
El sector editorial no es nada fácil. Son muy pocos los libros que logran hacerse un hueco y muchas las editoriales que hoy solo publican las obras que consideran una apuesta segura. En esta jungla, ha conseguido destacar un libro. Se titula Matteo, de la editorial Un Nombre Nuevo. «A los dos días de su publicación tuvimos que hacer la primera reimpresión porque se habían agotado todos los ejemplares. Posteriormente, sacamos otra impresión de 5.000 ejemplares en formato más pequeño, que lo llamamos miniMatteo, y también volaron», explica su autor, Raúl Eguia Recuero, miembro de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo.
Ante el boom, «hemos dejado de calcular el número de personas que han leído Matteo». También porque «como queríamos llegar a todo el mundo, al final hemos decidido liberarlo, en formato online, en nuestra página web», asegura.
Huérfanos de padres vivos
La obra habla de soledad. «Decía san Juan Pablo II una frase muy fuerte, que “hoy los niños son huérfanos de padres vivos”. Esa es la historia de Matteo, que se siente solo porque nadie tiene tiempo para él y todos se burlan de él».
Sin embargo, a través de una serie de circunstancias como son una reconciliación familiar o el redescubrimiento de los sacramentos, Matteo «se encuentra con el amor de Dios de una manera fuerte y experimenta el Amor en mayúsculas», explica Eguia Recuero.
Rescatado del suicidio
De esta forma, el libro cuenta «la experiencia de un Dios que ama». Y ese mismo es el objetivo con el que el autor publicó el cuento: «Lo escribí para dar voz a la mejor noticia de la historia, que Dios vive, que te quiere y que viene a caminar contigo. Da igual lo que hayas hecho, el amor de Dios es para todos y gratuito».
Raúl Erguia habla con conocimiento de causa. Él mismo fue rescatado por el amor del Señor. «Yo era un adicto y estuve al borde del suicido, pero experimenté la sanación de Dios; lo mismo que el leproso del Evangelio», asegura. «No hay casos desesperados en el mundo sino personas que no conocen el amor de Dios», añade desde su experiencia
Lectura accesible
Con este cariz universal, la obra aspira a proclamar esta buena noticia incluso entra las personas con discapacidad. «Con Álvaro, un niño con síndrome de Down, y con dos expertas en el ámbito de la discapacidad, hemos reescrito el cuento entero, pero con frases mucho más cortas y más sencillas», afirma el autor.
El proyecto ya se está aplicando en la diócesis de Valencia, donde han comenzado un taller para discapacitados en el que van a trabajar el cuento durante todo el año.