Toledo presenta el inventario de sus bienes inmuebles: «Es un paso más en la transparencia»
Sin nada que ocultar, ni nada que temer, el Arzobispado de Toledo ha presentado su inventario de bienes inmuebles, en el que aparecen cerca de 2.000 propiedades, 944 de ellas inscritas por el procedimiento de la inmatriculación
El Arzobispado de Toledo acaba de presentar un exhaustivo inventario de sus bienes inmuebles, en el que se detalla la situación de 2.235 bienes, para el que ha contado con la colaboración de una empresa especializada en la toma de datos sobre el terreno.
La publicación del inventario se produce ahora en base a dos motivos. «El primero es que llevamos años mencionando la palabra “transparencia” y trabajando en ella, y este es un paso más. Tenemos un un portal de transparencia donde hemos colgado las cuenta y algunos manuales de buenas prácticas, y ahora también el inventario», explica Anastasio Gómez Fidalgo, ecónomo de la diócesis de Toledo, a este semanario.
En segundo lugar, el inventario trata de responder a la petición de información que hizo en su momento el Congreso de los Diputados a través de dos proposiciones no de ley, una del Grupo Socialista y otra del Grupo Unidas Podemos, pidiendo que el Ministerio de Justicia recopilase toda la información sobre inmatriculaciones efectuadas a partir de 1998. «A pesar de que esta información ya es pública —cualquiera puede acceder al registro—, hemos querido dar respuesta a esa petición de datos, en un ejercicio de transparencia, a los representantes de toda la sociedad», señala el ecónomo.
Cinco años de trabajos
La elaboración del inventario comenzó en el año 2014 con la visita de todos y cada uno de los bienes inmuebles incluido en dicho inventario. En total, afloraron 2.235 bienes, «de los que se descartaron 275» al existir «alguna duda sobre la pertenencia de los mismos a la Archidiócesis» y «para evitar entrar en procedimientos judiciales», explican desde la diócesis.
De los 1.960 bienes inmuebles restantes, hay 391 que son templos y atrios; 311 ermitas y capillas; 432 almacenes, casas, salones y solares parroquiales; 22 centros educativos (colegios, guarderías y seminarios), 15 albergues y centros dedicados a la caridad; 104 cementerios; 4 conventos y 10 centros de mayores (residencias y casas sacerdotales); 501 parcelas rústicas; 86 urbanas; 59 que se encuentran disponibles para la venta y 25 cedidas de forma gratuita a otras entidades.
944 bienes inmatriculados
En el inventario también se han incluido 256 bienes inmuebles que no están registrados, a pesar de que desde el Arzobispado no se tiene duda sobre su propiedad. «Algunos de ellos, por ejemplo, son templos de reciente construcción y que no se pueden registrar todavía a nombre de la Iglesia hasta que el Ayuntamiento no deje de ser el titular catastral», puntualiza Gómez Fidalgo.
Los que sí están inscritos, 1.018 de ellos se ha producido su apunte en el registro de la propiedad mediante título habilitante, 17 se han inscrito sin constar la fecha en el registro de la propiedad y 944 se han inscrito mediante el procedimiento hipotecario de la inmatriculación.
Modificaciones de la ley hipotecaria
Precisamente, la manera de inscribir estos últimos bienes —a través del procedimiento de la inmatriculación— es lo que motivó las proposiciones no de ley de ambos grupos parlamentarios. No es una cuestión solo de la diócesis de Toledo, sino de el conjunto de la Iglesia española. «Todo viene a raíz de la modificación de la ley hipotecaria, que es del año 98. Hay que señalar que gobernaba el Partido Popular y José María Aznar era presidente. A partir de ese momento, la Iglesia pudo inmatricular templos. Es verdad que antes lo pudo hacer, pero también hay que tener en cuenta que las iglesias estaban exceptuadas de inscripción. Y esto no quiere decir que antes estuviera prohibida su inscripción».
A partir de aquel año, las diócesis inmatricularon lo que no se había registrado hasta entonces. El proceso duró hasta 2015, con otra modificación de la ley hipotecaria, que también llegó de la mano del PP, pero siendo presidente Mariano Rajoy. Desde el 2015, la diócesis de Toledo registró tres bienes inmuebles.
Nada que ocultar, nada que temer
En cualquier caso, «la Iglesia no tiene nada que ocultar ni nada que temer. Por eso hemos publicado el inventario —señala el ecónomo—, para que la gente vea que nosotros no hemos inmatriculado cosas raras, como oficinas en el Paseo de la Castellana, sino templos, las casas de los párrocos…». Se trata de «inmuebles que la lógica, y también la justicia y la ley, nos aparan sobre la propiedad de esos bienes a las entidades diocesanas de Toledo».
Además, los bienes de la Iglesia son «un patrimonio que está al servicio de los files, del pueblo de Dios, y de tantas otras personas, sean de la raza o religión que sean, que se benefician de las obras de la Iglesia», subraya Anastasio Gómez. «En los centros de Cáritas no se pregunta a qué Dios le reza cada uno. Lo mismo en los colegios concertados, donde nadie pregunta si se sabe rezar el rosario o el padrenuestro», concluye el ecónomo diocesano.