Tres eran tres los hermanos Pearsons. Cuatro las temporadas de This is us (Amazon Prime acaba de estrenar en España la cuarta) y, de no ser por la pandemia, estaríamos expectantes, empezando a degustar la quinta. Han prometido que las temporadas serán seis. Se aproximan al siete, el número de la perfección por excelencia.
Tres eran tres e iban a ser trillizos. No les puedo contar mucho más, si son seriéfilos y han cometido el error de no haber visto todavía nada de esta foto de familia que se presenta así, con toda naturalidad: This is us (Así somos).
Con 18 capítulos por temporada, que rondan los 45 minutos de duración cada uno, la serie, creada por Dan Fogelman, nos ofrece un retrato familiar, coral, en un continuo flashback entre los años 80 y la actualidad, que, a pesar de las cesiones que hace a las corrientes ideológicas dominantes, es, en su conjunto, una serie que se hace querer. Y lo es, porque ahonda en cuestiones tan nucleares como la vida (ya, por supuesto, desde que convivimos con los «seres humanos», en palabras de la madre que los lleva en el vientre) hasta la educación de esos mismos hijos, la búsqueda del padre, el perdón y, en general, el sentido de una vida que no da tregua en el excelente guion del relato. Hay episodios que hubiera firmado el mismísimo Frank Capra.
Como le sucede a estas series tan largas y exitosas, le cuesta mantener el nivel a medida que avanza la trama, pero es una reivindicación tan contracultural de la familia como célula básica de la sociedad, un cántico tan hermoso de la paternidad, tan complejo y atinado de la maternidad y una celebración tan gozosa de la fraternidad, que se asumen los peajes que nos hacen pagar. Ya era hora de que la familia feliz dejara de ser solo un plato de comida china y pudiera tener su hueco en el menú de las series de ficción.