Los obispos de Chile critican el incendio de iglesias
El presidente y secretario general de la Conferencia Episcopal Chilena manifiestan su creencia de que la mayoría de quienes se manifiestan estos días en el país por la igualdad «no apoya ni justifica las acciones violentas»
Los obispos de Chile han compartido su «tristeza» por los ataques, incendios y saqueos de varios templos en el contexto de las protestas en el país, y «cercanía» a las comunidades afectadas. «No hay límites para quienes exacerban la violencia», lamentan en un comunicado los obispos Santiago Silva Retamales y Fernando Ramos Pérez, presidente y secretario general respectivamente de la Conferencia Episcopal Chilena.
Al menos dos iglesias del centro de Santiago de Chile fueron quemadas este domingo tras la multitudinaria manifestación que congregó a decenas de miles de personas para conmemorar el primer aniversario de ola de protestas, las más graves desde el fin de la dictadura militar (1973-1990), informa Efe. También entonces se produjeron ataques a templos.
El primer santuario en arder fue la Iglesia San Francisco de Borja, usado regularmente por el cuerpo policial de Carabineros para ceremonias institucionales, y horas más tarde fue la iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital, con más de un siglo y medio de antigüedad.
18 policías heridos
La iglesia de San Francisco de Borja fue también saqueada y algunas de sus imágenes religiosas fueron quemadas en la calle, mientras que la de La Asunción vio como su cúpula caían al suelo consumida por las llamas. Ambos templos se encuentran en los alrededores de Plaza Italia, el epicentro del llamado «estallido social» y que este domingo fue escenario de una de las concentraciones más masivas en lo que va de año. La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, Consuelo Valdés, compartió en Twitter su «indignación y tristeza por el incendio y destrucción» de los dos edificios.
En las cercanías de la rotonda, bautizada por los manifestantes como «Plaza Dignidad», fueron saqueados además varios comercios, entre ellos un supermercado de una cadena internacional, y también se registraron ataques de encapuchados a algunas comisarias de la periferia capitalina, como Puente Alto.
También comenzaron a prenderse barricadas en algunos puntos aledaños a dicha plaza y en otras zonas de la capital, al tiempo que en ciudades como Antofagasta (norte) se producían también algunos incidentes violentos y enfrentamientos con la policía. Al menos 18 miembros de los carabineros resultaron lesionados en distintos puntos de la capital.
Una mayoría pacífica
Estos incidentes ensombrecieron una jornada que transcurrió durante horas en un ambiente muy festivo y familiar. Jóvenes, adultos mayores, colectivos sociales y familias enteras se acercaron desde tempranas horas a la plaza, blandiendo banderas y pancartas a favor de una mayor igualdad social y coreando la frase que se ha convertido en el lema de las revueltas: «¡Chile despertó!».
«La inmensa mayoría de Chile anhela justicia y medidas eficaces que contribuyan a superar las brechas de desigualdad; no quiere más corrupción ni abusos, espera un trato digno, respetuoso y justo», subraya en su comunicado la conferencia episcopal. Esta parte de la sociedad, añade, «creemos que no apoya ni justifica las acciones violentas que causan dolor a personas y familias, dañando a comunidades que no pueden vivir tranquilas en sus hogares ni trabajar, atemorizados por quienes no buscan construir nada, sino más bien destruirlo todo».
A una semana del plebiscito sobre la reforma constitucional
Los obispos comparten, por ello, su esperanza de que la ciudadanía «no se dejará intimidar por las amenazas de violencia» el domingo 25 de octubre, cuando está convocado el plebiscito sobre si el país desea iniciar un proceso constituyente para reemplazar la actual Constitución, heredada de la dictadura y vista como el origen de las desigualdades que aquejan al país. «En las democracias nos expresamos con el voto libre en conciencia, no bajo las presiones del terror y la fuerza», apuntan.Además, recordando la reciente publicación de la encíclica Fratelli tutti, del Papa Francisco, llaman «a todos a contribuir, desde sus propios espacios familiares, laborales y sociales, con una reflexión que nos permita tomar suficiente distancia de la irracional violencia y nos acerque a la amistad cívica».