El Papa mantiene la distancia con los fieles en la audiencia - Alfa y Omega

El Papa mantiene la distancia con los fieles en la audiencia

Durante su alocución ha recomendado a los fieles contarle al Señor en la oración «las cosas bonitas y también las cosas feas que nadie conoce»

Redacción
Foto: EFE / EPA / Maurizio Brambatti.

Con los casos de coronavirus al alza en Italia, el Papa Francisco ha renunciado esta mañana a acercarse a los fieles durante la audiencia general y les ha saludado desde la distancia para tratar de evitar las aglomeraciones y los posibles contagios de coronavirus.

«Como hago normalmente, querría bajar y acercarme a vosotros para saludaros, pero con las nuevas prescripciones es mejor mantener las distancias. Sucede que cuando yo bajo todos vienen y entonces se agrupan y el problema es que hay peligro de contagio. Por eso cada uno con la mascarilla y manteniendo la distancia podemos seguir adelante con las audiencias» y además «esto «será una ayuda para acabar con la pandemia», ha dicho el Pontífice.

El Papa sí ha podido mostrarse cercano, sin embargo, con los padres del sacerdote de la diócesis de Como que fue asesinado recientemente mientras atendía a los descartados de la diócesis italiana de Como. Se ha encontrado con ellos instantes antes de entrar en el Aula Pablo VI, donde una vez más se ha celebrado la catequesis.

Orar con los salmos

Antes de explicar su falta de cercanía física con los asistentes, el Santo Padre ha reflexionado en la catequesis sobre el Libro de los Salmos, al que ha definido como «lugar de entrenamiento y casa de innumerables orantes». Forma parte de los libros sapienciales, ha explicado el Papa, porque leyéndolo «aprendemos el lenguaje de la oración».

Este lenguaje se caracteriza en buena medida por la sinceridad. Hay que acudir a la oración «así como somos, no maquillados» y contarle al Señor «las cosas bonitas y también las cosas feas que nadie conoce».

Otra nota característica es la de no rehuir los problemas ni los sufrimientos, que en los salmos «se transforma en pregunta». Hay muchas preguntas, pero hay una que predomina, según Francisco: ¿Hasta cuándo, Señor? «Planteando continuamente preguntas de este tipo, los salmos nos enseñan a no volvernos adictos al dolor, y nos recuerdan que la vida no es salvada si no es sanada».

«Cada dolor reclama una liberación, cada lágrima invoca un consuelo, cada herida espera una curación, cada calumnia una sentencia absolutoria», ha dicho el Papa. Por eso, «el orante de los salmos pide a Dios intervenir donde todos los esfuerzos humanos son vanos».

El Papa bendice a los padres del sacerdote asesinado en Como

Antes de la audiencia general, el Papa conoció a los padres del sacerdote Roberto Malgesini, asesinado en Como (norte de Italia) el pasado 15 de septiembre. Con ellos estaba el obispo de la diócesis, Oscar Cantoni. En una entrevista concedida a Vatican News, ha recordado a Malgesini como «un sacerdote capaz de inundar de dulzura a cada persona»

Francisco relató durante la audiencia el encuentro con los padres ancianos de Roberto Malgesini, conocido como «el sacerdote de la calle», asesinado el 15 de septiembre por una de las personas sin hogar a las que atendía. El Papa, en sus palabras, recordó que las lágrimas de esos padres son «sus» lágrimas. «Estamos muy agradecidos a Francisco por haber recibido a toda la familia de Roberto Malgesini», ha asegurado el obispo de Como en entrevista con Vatican News. «Ha bendecido a sus padres, ha sido un momento muy conmovedor». El Papa «nos ha recordado que estas muertes reviven la fe del pueblo de Dios». Cantoni ha destacado la emoción de los padres del sacerdote, ya que «a través del Papa era toda la Iglesia la que reconocía a su hijo. Esto ha sido un gran signo de la ternura de la Iglesia hacia los que sufren».

Según el obispo, el testimonio de Roberto Malgesini «siempre ha sido un testimonio silencioso», pero ahora «se ha extendido por toda Italia, y todo el mundo habla de él, de la luz de su vida» y de la huella que ha dejado: «una delicadeza particular hacia las personas que sufren, especialmente hacia los pobres, las personas sin hogar y los refugiados». Aunque la característica esencial de este sacerdote «era inundar de dulzura y ternura a cada persona».