«La vida y el testimonio de Madre María de la Purísima nos van a ayudar a todos a descubrir el rostro de Dios»
Tras conocerse la fecha de la ceremonia de canonización de la Beata María de la Purísima, fijada por el Consistorio Ordinario Público para el próximo 18 de octubre de 2015, monseñor Asenjo Pelegrina ha realizado las siguientes manifestaciones ante esta gran noticia para la Iglesia de Sevilla:
«En el momento en que el Santo Padre Francisco hace pública la fecha de la canonización de Madre María de la Purísima, mi primer sentimiento es de gratitud al Señor que nos propone un modelo concreto y cercano de santidad, la vida de una mujer contemporánea nuestra, nacida en Madrid, que vivió la mayor parte de su vida en Andalucía, a la que muchos sevillanos han conocido, que ha vivido su fe y ha encarnado el Evangelio de forma heroica y radical en nuestro tiempo, en nuestro ambiente, en esta histórica y noble ciudad de Sevilla. La Iglesia nos la va a mostrar el próximo 18 de octubre como modelo del amor más grande y de la fidelidad más plena. A partir de esa fecha la vida y el testimonio de Madre María de la Purísima nos va a ayudar a todos a descubrir el rostro de Dios, que se ha encarnado y ha tomado forma en el rostro de esta mujer que ha hecho de Cristo la razón última de su existencia.
Mi segundo sentimiento es de gratitud a la Iglesia y al Santo Padre por la gracia impagable que supone la canonización de una religiosa de la Compañía de la Cruz, cuyo Instituto está indisolublemente unido a la historia de Sevilla en el último siglo y medio. Las Hermanas de la Cruz, con su pobre y tosco sayal son la admiración de esta ciudad y de todas aquellas poblaciones de Andalucía y España, Italia y Argentina, donde tienen sus casas, porque viven el Evangelio químicamente puro, con toda su belleza y radicalidad. De sus casas salen cada noche para velar y servir con infinito amor a los enfermos, y en ellas socorren a los pobres y cuidan con caridad sobrenatural a las ancianas acogidas y a las niñas de familias humildes, a las que brindan una sólida formación humana y cristiana.
Felicito a la Madre General y a todas las Hermanas de la Cruz por esta gracia singular de Dios les concede. Felicito también al Postulador, Fray Alfonso Ramírez Peralbo, que tanta ilusión ha derrochado en esta causa.
Felicito por fin a nuestra Iglesia de Sevilla y de España. La canonización de Madre María de la Purísima es para todos nosotros una invitación bien explícita la santidad, la primera necesidad de la Iglesia y del mundo en esta hora. En ella tenemos todos un espejo en el que mirarnos. Ella nos estimula con su ejemplo y nos dice elocuentemente que también hoy es posible aspirar a la santidad en Sevilla, en España y allí donde la Providencia nos ha situado a cada uno. Ella nos dice que también hoy, en un tiempo cercano al que a ella le tocó vivir, es posible responder a la palabra de Jesús: Sed santos, como el Padre celestial es santo (Mt 5,48)».