El Papa invita a la oración universal contra el COVID-19 los días 25 y 27
«Queremos responder a la pandemia del virus con la pandemia de oración, compasión, ternura. Mantengámonos unidos», explicó Francisco este domingo después del rezo del ángelus. Por ello, invitó a todos los cristianos a rezar el padrenuestro el miércoles 25 a mediodía, y a unirse a la oración con bendición urbi et orbe el viernes 27 a las 18 horas
El Papa Francisco ha convocado este domingo a todos los fieles del mundo para que recen el padrenuestro el próximo 25 de marzo al mediodía. Con este gesto quiere universalizar la oración para luchar contra la pandemia del coronavirus, que en Italia ha dejado más de 4.800 fallecidos.
«En estos días» en los que «la humanidad tiembla con la amenaza de la pandemia, me gustaría proponer a todos los cristianos que unan sus voces», dijo Francisco, momentos después del rezo del ángelus. Por eso, ha convocado a todos los cristianos de distintas iglesias a recitar el padrenuestro el próximo miércoles 25 de marzo al mediodía, día en el que se celebra la solemnidad de la Encarnación.
Dos días después, el viernes 27 de marzo, anunció que presidirá a las 18:00 horas locales (hora también española) un momento de oración en la plaza de San Pedro. «Desde ahora, invito a todos a participar espiritualmente a través de los medios de comunicación. Escucharemos la Palabra de Dios, elevaremos nuestra súplica, adoraremos el Santísimo Sacramento, con el que al final daré la bendición urbi et orbe, a la que se adjuntará la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria», señaló.
«Queremos responder a la pandemia del virus con la pandemia de oración, compasión, ternura. Mantengámonos unidos», añadió. Esta convocatoria del Papa se suma a la de la Conferencia Episcopal Italiana, que también el viernes 27 ha pedido a todos los obispos que recen en los cementerios por todos los difuntos que, a causa de las circunstancias excepcionales, no han podido tener un funeral.
El ciego, «imagen de todo bautizado»
El Papa Francisco rezó el ángelus desde la sala de la Biblioteca Vaticana. La oración fue transmitida por vídeo en directo, y después se asomó por la ventana del palacio apostólico para saludar a una plaza de San Pedro totalmente vacía, pues el Vaticano ha prohibido su entrada a los fieles hasta el 3 de abril como medida de prevención para evitar contagios.
En la reflexión anterior a la oración mariana, el Pontífice recordó cómo Jesús iluminó al ciego de nacimiento «en dos niveles, físico y espiritual», hasta lograr su transformación interior: «En medio de la desconfianza y la hostilidad de los que lo rodean y lo interrogan incrédulos, él realiza un itinerario que lo lleva a descubrir gradualmente la identidad de Aquel que le abrió los ojos y a confesar su fe en Él».
Este camino es metáfora del proceso de liberación del pecado, que «es como un velo oscuro que cubre nuestro rostro y nos impide vernos claramente a nosotros mismos y al mundo. El perdón del Señor» nos quita este manto y nos ilumina. Por tanto, el ciego de nacimiento es imagen de todo bautizado, «arrancado de las tinieblas y puesto en la luz de la fe», y llamado también a convertirse en luz y «manifestar la luz divina con toda la propia vida».
En la Misa de la mañana, el Papa ha rezado «por las personas que mueren sin poder despedirse de sus seres queridos, y por las familias que no pueden acompañarlos en ese momento». El pasado viernes, Francisco concedió la indulgencia plenaria a través de la Penitenciaría Apostólica a todos los fieles afectados por la enfermedad del coronavirus, a los familiares, a los trabajadores sanitarios, a todos los que les cuidan y a los que rezan por ellos.
Efe / Redacción