La iglesia argentina se opone a la megaminería

«Estimado señor gobernador, le escribo en estas difíciles horas que siguen a la sanción de las modificaciones de la Ley 7722 por parte de la legislatura provincial», inicia la misiva el arzobispo local y miembro del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Marcelo Daniel Colombo, al nuevo gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez.

Tras ratificar el apoyo legal al uso de cianuro y otros químicos usados por la industria de la megaminería, se inició una represión con balas de goma y gases lacrimógenos sobre una masiva movilización del pueblo de Mendoza en la que había incluso niños y personas mayores. El arzobispo Colombo vio con sus propios ojos la «multitud esperanzada que camina a lo largo y ancho de nuestra provincia para pedirle a usted que vete tales modificaciones». Además del «testimonio de los párrocos de los distintos departamentos, que narran la presencia masiva de familias con niños pequeños pidiendo se vete esta modificación a la Ley 7722».

Días atrás Colombo, cuando estaba a punto de votarse la reforma de la Ley 7722, escribió una carta a los diputados y senadores, pidiéndoles que «postergaran el debate hasta asegurar un ámbito de discusión sereno y racional para superar intereses sectoriales y concentrar la mirada en nuestra provincia, en su crónica falta de agua, en la vida de las generaciones futuras». «Como tantas otras personas que pedían lo mismo, no fui escuchado».

El arzobispo en su carta al gobernador reconoce que «la provincia vive la emergencia hídrica más severa en décadas» y renueva su disposición «para contribuir a la paz social, en todo cuanto se pueda de nuestra parte, a partir de aquellas instancias de diálogo que contribuyan a la fraternidad y amistad de los mendocinos. No solo nosotros, sino las próximas generaciones, lo merecen».

El Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC) se ha hecho eco de la carta en la cual se solicita vetar las modificaciones de la Ley 7722 sobre la actividad minera.