La Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, está presente desde hace 119 años en el vicariato de Puyo. Según el texto histórico de fray Álvaro Valladares, fundador de Puyo, la Virgen se hizo presente desde el inicio: «El 8 de mayo de 1899, celebrada la Misa en honor de la Virgen del Rosario de Pompeya, nos pusimos en marcha sobre las aguas del Bobonaza en tres canoas. El cuarto día llegamos a Puyo», dice el texto. «La fundación se verificó bajo el patrocinio de la Santísima Virgen, cuya imagen mandé trabajar en Quito por 50 sucres», añade.
Pompeya fue una fastuosa ciudad donde la aristocracia romana tenía sus fincas de recreo y descanso. Pero en el año 79, una erupción del volcán Vesubio la sepultó. También el pueblo llamado Pintuc, a orillas del río del mismo nombre, fue destruido por los chirapas, capitaneados por el célebre capitán Charupe. Allí en Pompeya, a comienzos del siglo XIX, se instalaron varias familias campesinas que levantaron humildes viviendas y una pobre capilla. Aquí en Puyo, un grupo de jóvenes se presentaron en Canelos deseosos de formar un pueblo nuevo que sustituyera al destruido por los chirapas.
En Pompeya, en 1873, un hombre convertido a Dios, llamado Bartolomé Longo, vio en sueños a un amigo fallecido años atrás que le pidió que propagará el rezo del rosario para la salvación de aquella gente. A la mañana siguiente, empezó a recorrer las casas de los campesinos recomendando el rezo, reparó la vieja capilla y organizó la primera fiesta de la Virgen del Rosario. En 1878, Longo obtuvo en un convento un deteriorado cuadro de Nuestra Señora del Rosario, acompañada de santo Domingo de Guzmán y santa Rosa de Lima. La imagen, puesta sobre el altar, empezó a obrar prodigios.
El primer domingo de octubre de 1883, se rezó por primera vez en público la súplica a la poderosa Reina del Rosario de Pompeya, que luego habría de repetirse en todo el mundo cada 8 de mayo, la misma fecha en la que fray Álvaro salió de Canelos para fundar Puyo. En el siglo XIX, los dominicos italianos que llegaron a Ecuador hicieron reformas en el convento de Santo Domingo, donde se encuentra la capilla de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya. Ellos extendieron su devoción con los dominicos ecuatorianos, entre ellos fray Álvaro Valladares.
Estos días, al cumplirse 119 años de la fundación de nuestra ciudad de Puyo, recordamos aquella fecha memorable y seguimos encomendándonos a la Virgen para que nos proteja de todo peligro y nos cuide como madre.