Dos vidas. Revisión histórica de los totalitarismos - Alfa y Omega

Dos vidas. Revisión histórica de los totalitarismos

El nuevo cine alemán de revisión histórica sigue en plena efervescencia. A las películas que vuelven la mirada hacia el III Reich, encabezadas por la impactante El hundimiento, se sumaron hace años las cintas que hacen cuentas con el comunismo de la Alemania del Este, como la inolvidable La vida de los otros. Este mes se ha estrenado una película que aúna en la misma trama una mirada crítica sobre nazismo y comunismo a la vez

Juan Orellana
Escena de la película 'Dos vidas'
Escena de la película Dos vidas.

La película Dos vidas, del alemán Georg Maas, tiene como telón de fondo unos sucesos reales que, en los años inmediatamente anteriores a la Segunda Guerra Mundial, se conocieron como el Proyecto Lebensborn. En torno a 1935, el mandatario nazi Heinrich Himmler, convencido del destino de gloria de la raza aria, fundó una sociedad llamada Lebensborn, cuya misión era seleccionar varones claramente arios para engendrar hijos que perpetuaran la casta elegida. Para ello las mujeres noruegas eran un objetivo muy especial. Himmler creía que, como descendientes directos de las vikingas, ellas trasmitían dureza, valentía y fortaleza, ideales para la raza germánica. Cuando la guerra terminó, habían nacido unos 12.000 niños Lebensborn, hijos sobre todo de miembros de las SS. La derrota de Alemania hizo que muchos de estos niños llamados a la gloria, se convirtieran en los bastardos de las SS que ya nadie quería. Al ser titulares de doble nacionalidad, noruega y alemana, en los años sesenta despertaron el interés de la Stasi y de las Fuerzas de Seguridad de la República Democrática Alemana.

Éste es el contexto que hay que tener muy presente para entender las claves de Dos vidas, una película que arranca en 1990, cuando el muro de Berlín acababa de ser derribado y se anunciaba el fin de la Guerra Fría. Katrine (Juliane Kohler) es una mujer madura que creció en la Alemania del Este, pero que vive desde hace veinte años en Noruega con su madre (Liv Ullmann). Ella fue una niña Lebensborn, pero ahora es una feliz esposa de un marino de guerra noruego, madre de una joven y abuela de una pequeña niña. Esta paz familiar se ve rota cuando un abogado (Ken Duken) les pide a Katrine y a su madre que colaboren como testigos en un juicio que se quiere abrir en Estrasburgo para hacer justicia a los niños de la guerra supervivientes.

A partir de ese momento, y ayudados de diversos flashbacks, vamos conociendo sucesos de la vida de Katrine que nos introducen en un pasado cada vez más oscuro. Estos hechos los vamos a ir descubriendo al mismo tiempo que los miembros de su familia, que tendrán que replantearse su vida de arriba abajo y tomar decisiones definitivas.

La película pone en su centro de gravedad una cuestión radical en cualquier revisión de los totalitarismos: ¿hasta dónde se puede llegar cuando se intenta construir desde la mentira? ¿Cuál debe ser la reparación moral de una vida basada en la falsedad y la manipulación? ¿Qué consecuencias tiene poner el amor a los tuyos por debajo de las servidumbres ideológicas? La película en este sentido quiere ser áspera como la propia realidad que cuenta, y no hacer concesiones a salidas edulcoradas o irreales. Tampoco quiere cerrar la puerta al arrepentimiento y al perdón entre los personajes, pero deja claro que ambas cosas implican un camino fatigoso y nada fácil. Lo que no está tan claro es si el director y guionista también quiere perdonar a sus protagonistas, ya que parece que les impone un castigo mayor del que se imponen ellos mismos. No podemos olvidar que, además de una película con sus conflictos y personajes, Dos vidas es, sobre todo, un juicio histórico sobre algunas de las múltiples atrocidades vividas en la Europa del siglo XX.

Ciertamente, la película no llega al nivel de La vida de los otros, pero a pesar de que en algún momento adquiere ligeros tintes de culebrón, la fuerza de la historia, y la inconmensurable presencia de Liv Ullman (musa y esposa que fue de Ingmar Bergman) y de Juliane Kohler (que precisamente hizo de Eva Braun en El hundimiento) convierten el film en uno de los más interesante de esta época estival.

Dos vidas
Director:

Georg Maas, Judith Kaufmann

País:

Alemania

Año:

2012

Género:

Drama

Público:

+12 años

Cartel de 'Dos vidas'