En 2017 fueron asesinados 23 misioneros, casi 450 desde el 2000
La Agencia Fides acaba de publicar su informe anual sobre los misioneros asesinados. La mayoría tuvieron lugar en América y África
La Agencia Fides ha publicado este jueves el número de misioneros asesinados durante el año 2017, que asciende a 23, que suman a los 424 a los que le habían quitado la vida entre el año 2000 y el 2016. La mayoría son sacerdotes (13), aunque también hay laicos (8) y religiosos (2). Por octavo año consecutivo, el nnúmero más alto se ha registrado en América (11), seguido de África (10) y Asia (2). Por países, Nigeria (5), México (4), Filipinas (2) y Colombia (2) son los que agrupan más casos.
El motivo del asesinato suele tener que ver con intentos de secuestro o robo, realizados con gran ferocidad en contextos de gran pobreza, de una degradación moral y ambiental importante y donde rige la violencia y del desprecio por la vida misma. «Los asesinados son solo la punta del iceberg de la larga lista de trabajadores pastorales, o de simples católicos, agredidos, golpeados, robados, amenazados, como también lo es la de las estructuras católicas al servicio de toda la población, atacadas, vandalizadas o saqueadas», señalan desde Fides.
Los asesinos de sacerdotes o religiosas raramente son identificados o condenados, aunque según la agencia resulta paradigmático la condena este año del instigador del asesinato del misionero español Vicente Cañas, asesinado en Brasil en 1987. «La violencia contra el clero ha aumentado en los últimos años, sin que se vean acciones concretas para detenerla», ha afirmado el padre Omar Sotelo, director del Centro Multimedia de México, que anualmente presenta un informe sobre la violencia y los asesinatos de sacerdotes y religiosos en la nación latinoamericana.
«Hemos denunciado los ataques contra la Iglesia y especialmente el secuestro de los siervos de Dios», constata Marcel Utembi, arzobispo de Kisangani y presidente de la Conferencia Episcopal del Congo.
Según Fides, genera gran preocupación el ver cómo se está extendiendo en diferentes latitudes la plaga de los secuestros de sacerdotes y religiosas, algunos con fin trágico, otros con la liberación, y más con el silencio. No hay noticias, por ejemplo, de la misionera colombiana Gloria Cecilia Narváez, secuestrada el pasado 8 de febrero; o de otras seis religiosas del Corazón Eucarístico de Cristo en Nigeria. Como buena noticia cabe destacar la liberación, entre otros, del padre Tom, el salesiano secuestrado en Yemen.