300 años cerrando la Semana Santa - Alfa y Omega

300 años cerrando la Semana Santa

Empezaron venerando un lienzo, pero la Congregación de la Soledad y el Desamparo, que nació en Madrid para acompañar a los moribundos, lo sustituyó por una talla que el Sábado Santo sacan a la calle 35 anderos

Begoña Aragoneses
Desde hace 17 años la Soledad sale en andas de orfebrería realizadas por Ramón Orovio
Desde hace 17 años la Soledad sale en andas de orfebrería realizadas por Ramón Orovio.

Manos entrelazadas y cabeza inclinada hacia la derecha, mirando hacia abajo. Una lágrima le cae a la Soledad por su mejilla izquierda. «Han matado a su Hijo», justifica Luis López Perona, hermano mayor de la congregación que tiene a esta talla por titular. Vestida ya de reina para su salida procesional, el Sábado Santo, con terciopelo negro bordado en hilo de plata. Fajín rojo, rosario de cuentas negras e insignias en el pecho. La de la Armada, porque muchos hermanos son militares, y la cruz de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, que también hay congregantes. Hay silencio en la madrileña iglesia de las Calatravas el Viernes de Dolores. Aún queda una semana para salir a la calle, pero la Señora está ya en su paso, la candelería colocada, que sacarán 35 anderos. En su capilla, una Sagrada Familia junto a Ella. En la de enfrente, su Hijo yacente. También en su paso. Si su Madre va sobre una peana, Él en catafalco. A sus pies, la corona de espinas y los tres clavos, los elementos de su Pasión. Sus plantas, con los estigmas, están casi a la altura de los ojos del visitante. «Estamos en un lugar de culto y mantenemos el respeto», dice un guía turístico al entrar, seguido de su grupo. Hasta ahora solo se ha oído el ruido de la taladradora que un joven del equipo de priostía utiliza para asegurar bien a la Virgen. Está acompañada en la iglesia por otras Vírgenes —la del Pilar, la del Carmen, la de Montserrat, aunque como dice Perona, «está muy claro que todas son la misma»—, y por santos como Rita y Antonio de Padua. También por los mártires del siglo XX y san Juan Pablo II, cuyos iconos se encuentran en este templo desde 2015.

Este 2024 se cumplen los 300 años de la Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y el Desamparo. Nació para atender a sus miembros en sus últimos momentos de vida y sufragar los gastos del sepelio en el caso de ser necesario. Una agrupación de personas, y de ahí que se llame congregación, «para ayudar al prójimo, en definitiva». Una de sus labores era acompañar al sacerdote para administrar el viático a los congregantes moribundos. Un lienzo de la Soledad fue la primitiva imagen venerada, prácticamente destruida durante la Guerra de la Independencia. De 1870 es el primer documento en el que se habla de la talla de la Virgen: se trata de una partida de gastos en la que se da cuenta de los 40 reales utilizados en restaurar su rostro. Desde aquel año hasta 2014, cuando la congregación se trasladó a las Calatravas, ha recibido culto ininterrumpido por parte de los madrileños en la parroquia de San Ginés. Un incendio en 1922 provocó daños en la imagen, entre otros, la desaparición íntegra de las manos, que fueron sustituidas por las que talló Mariano Benlliure —quien, por cierto, dio forma también al Divino Cautivo, que sale en procesión Jueves y Viernes Santo—.

Inicialmente, la Soledad procesionaba por el interior de la iglesia de San Ginés, hasta que en 1943 comenzó a participar en la procesión del Silencio. En 1993 salió por primera vez en solitario el Sábado Santo hasta nuestros días, siendo la estación de penitencia que cierra la Semana Santa de Madrid. En su caso, además, organiza la tradicional tamborrada del Domingo de Resurrección, a las 13:00 horas en la Plaza Mayor, y a ella se sumará la Cofradía del Descendimiento de la Cruz y Lágrimas de Nuestra Señora de Zaragoza. Previamente, ambas hermandades habrán celebrado una Eucaristía a las 11:30 horas en el convento de las Carboneras. Y en ese mismo momento, se comienza a organizar la Semana Santa del año que viene, aunque entre medias la congregación vivirá un momento único: la salida procesional extraordinaria, el 5 de octubre, hasta la catedral de la Almudena, donde se celebrará una solemne Eucaristía. Un año  «muy especial» para la Soledad que, después de Los Siete Dolores, «somos la cofradía más antigua de Madrid».