3.600 nombres nuevos salen a la luz - Alfa y Omega

3.600 nombres nuevos salen a la luz

Un registro que se creía perdido proporciona nuevos detalles sobre las 4.300 personas que los religiosos escondieron en Roma durante la ocupación nazi de la ciudad y recoge los nombres completos de más de 3.600 de ellas

Rodrigo Moreno Quicios
Judíos romanos el 9 de junio de 1944 en el Templo Mayor de la ciudad. Foto: Comunidad Judía de Roma.

«En Roma las casas religiosas escondieron a los judíos de maneras muy diversas. Si eran niños, como si fueran alumnos de sus colegios. Si tenían un convento, hacían pasar a los hombres como operarios o electricistas. Se organizó todo un sistema de camuflaje para evitar que fueran reconocidos», cuenta a Alfa y Omega la hermana Grazia Loparco. Es salesiana, profesora de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación Auxilium y una de las expertas que ha presentado en el Museo del Holocausto de Roma una lista actualizada de los judíos que la Iglesia ocultó en la ciudad durante los nueve meses que duró la ocuparon de la ciudad por los nazis, desde septiembre de 1943 hasta junio de 1944.

En cifras

4.300 judíos fueron ocultados por la Iglesia en Roma

155 casas religiosas abrieron sus puertas a los perseguidos

3.600 nombres completos figuran en el registro recuperado

2.000 judíos romanos fueron asesinados entre 1943 y 1944

El documento, recopilado en su origen por el jesuita Gozzolino Birolo, había pasado casi un siglo en el archivo del Pontificio Instituto Bíblico tras la muerte del italiano por un cáncer en 1945. «Se creía que esta documentación se había perdido», explica Grazia Loparco. Hasta ahora los estudiosos usaban como referencia otra lista publicada en 1961 por el historiador Renzo De Felice, quien solicitó a las órdenes religiosas una estimación de la gente que refugiaron. Los números cambian poco, pero los detalles mucho. Aunque ambos elencos muestran que un total de 155 congregaciones escondieron a 4.300 personas, el registro reencontrado recoge los nombres completos de más de 3.600 supervivientes. Al cotejar sus identidades con los archivos de la Comunidad Judía de Roma, se ha reconocido oficialmente a 3.200 como judíos.

Del resto se desconoce su verdadero nombre o no tenían un apellido judío, pues también otros colectivos fueron perseguidos por los nazis. Por ejemplo, Grazia Loparco explica cómo en el seminario junto a la archibasílica de San Juan de Letrán convivieron hebreos con comunistas. «La Santa Sede ayudó a todo el que tuviera necesidad sin mirar sus ideas y lo único que les pidieron es que no llevaran armas», sentencia.

«Italia aún no ha hecho memoria completa del fascismo»
Claudio Procaccia
Comunidad judía de Roma

Para Claudio Procaccia, director del área de Cultura de la Comunidad Judía de Roma, el redescubrimiento de este registro «es un avance muy importante, porque pone la base para nuevas informaciones y para cruzar datos con investigaciones que ya se hicieron». Durante estos días no para de recibir llamadas de descendientes de los supervivientes. «Tienen mucha información que nosotros no tenemos. Ha sido muy bueno poner en marcha este mecanismo para reunir todos los detalles de fuentes diversas», considera. Confía en que, combinando los papeles custodiados en Roma con los testimonios y objetos familiares, pueda desvelarse toda la verdad sobre la persecución a judíos durante la ocupación nazi. «Italia aún no ha hecho memoria completa del fascismo», considera Procaccia, quien protesta contra el olvido de las 2.000 personas, entre ellas niños y adolescentes, deportados de la ciudad y exterminados. Suponían entre el 13 % y el 20 % de una comunidad estimada en 10.000 o 15.000 personas.

La religiosa salesiana Grazia Loparco. Foto cedida por Grazia Loparco.

Procaccia celebra «el «rigor científico» y la «honestidad intelectual» con la que han estudiado el documento la Comunidad Judía de Roma, el Instituto Internacional para la Investigación del Holocausto Yad Shavem y los investigadores de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación Auxilium, el Pontificio Instituto Bíblico, la Universidad Innsbruck y la Universidad Gregoriana. Esta última organizará en Roma del 9 al 11 de octubre un congreso internacional sobre documentos inéditos de Pío XII que detallarán qué papel jugó durante el Holocausto y la relación entre judíos y cristianos.

Será un encuentro muy esperado porque desvelará la correspondencia hasta ahora reservada del Pontífice. Según una carta fechada en 1942 atribuida a Pío XII y publicada esta semana por el Corriere della Sera, el entonces Papa conocía la existencia de los campos de exterminio de Belzec y Auschwitz. Algunas voces critican al Papa acusándolo de guardar silencio ante tal hallazgo aunque, según varios especialistas, el italiano no condenó explícitamente el nazismo para mantener un perfil bajo mientras escondía a los judíos en Roma. Una decisión por la que, recuerda Grazia Loparco, «justo después de la liberación un grupo de judíos fue en audiencia con Pío XII para darle las gracias, porque sabían todo lo que los religiosos y sacerdotes hicieron por ellos, siguiendo la voluntad del Papa de tener caridad por encima de todo».