21 detenidos y un sacerdote expulsado durante la Semana Santa de Nicaragua
Un informe del grupo Monitoreo Azul y Blanco recoge más de 70 incidentes relacionados con violaciones de derechos humanos
Al menos 21 nicaragüenses, en su mayoría opositores y feligreses católicos, así como un periodista que dio cobertura a una procesión, han sido detenidos en Nicaragua por la Policía Nacional durante la Semana Santa, según un informe divulgado por el denominado Monitoreo Azul y Blanco y recogido por EFE.
La investigación, avalada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), también habla de otros 50 incidentes relacionados con violaciones de derechos humanos. Además de las «detenciones arbitrarias», se han producido numerosos «incidentes de control territorial», así como «amenazas, hostigamientos y una expulsión», la del sacerdote panameño Donaciano Alarcón.
El propio Alarcón informó de su expulsión, que tuvo lugar el miércoles pasado, supuestamente, por haber predicado a favor del obispo nicaragüense Rolando Álvarez, quien fue condenado a más de 26 años por «traición a la patria».
La mayoría de los incidentes se produjeron en el departamento de Masaya, donde en su día los obispos salieron a la calle con el Santísimo para detener la represión policial contra los manifestantes. Allí se produjeron 17 percances: una amenaza, tres hostigamientos, cinco detenciones y ocho asedios a templos. El Departamento de Managua, donde se encuentra la capital, es el segundo que más incidentes ha registrado, seguido de Managua, donde ejercía su labor pastoral el obispo Álvarez.
El hostigamiento contra los católicos se ha producido incluso dentro de los templos, donde se refugiaron los fieles para celebrar la Semana Santa ante la prohibición de las tradicionales procesiones de este tiempo. Ante las restricciones, los católicos abarrotaron las iglesias para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
El informe del Monitoreo Azul y Blanco llega pocos días antes de que se cumplan cinco años de la brutal represión del régimen de Daniel Ortega contra los manifestantes que protestaban contra la reforma de la Seguridad Social. Las protestas dejaron, al menos, 355 muertos, según la CIDH, aunque organismos nicaragüenses elevan la cifra a 684 y Ortega reconoce que fueron «más de 300».